Actualizado 23/07/2015 12:49

7 valores para combatir la precariedad

Valores para combatir la precariedad
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Actualmente, los jóvenes y adolescentes españoles encuentran grandes dificultades para mantener una trayectoria laboral sobre la que apoyar sus proyectos vitales. Muchos adaptan sus perspectivas y rebajan sus pretensiones. Sin embargo, los valores no están en crisis, es más, los jóvenes apuestan por ellos, frente a los contravalores, como clave para afrontar la precariedad.

La actual sensación de vivir al día y de no ser capaces de generar grandes expectativas de futuro, se torna en los jóvenes, en una inevitable sensación de miedo. El miedo, a su vez, condiciona sus comportamientos, actitudes, expectativas, opiniones y prioridades en la vida.  La manera en cómo los jóvenes interpretan y redefinen los valores sociales en mitad de esa sensación de miedo es lo que ha dado lugar a esta lista de 7 valores para combatir la precariedad entre los jóvenes y adolescentes.

Los valores para combatir la precariedad laboral en los jóvenes

Independientemente de la manera en que se enfrenten a las dificultades del día a día, los jóvenes y adolescentes españoles contraponen una serie de valores que consideran absolutamente necesarios para combatir la precariedad laboral:

1. Tolerancia vs. Inseguridad. La inseguridad y la desconfianza podrían dar lugar a unos jóvenes que, ante el miedo, estuvieran menos dispuestos a aceptar lo ajeno. Sin embargo, convivir en una sociedad en la que cada uno de sus individuos, casi sin excepción, necesita ayuda del prójimo, provoca la aparición de una nueva tolerancia basada en la empatía con los problemas ajenos, que ahora se viven de forma más cercana.

2. Solidaridad vs Individualismo. Las dificultades pueden dar lugar a un egoísmo entendido como defensa de lo individual en un momento en el que, lo que uno tiene, debe ser defendido con ferocidad. Así, la solidaridad puede ser vista por la sociedad como un valor necesario aunque utópico, imposible de lograr. En cambio, los jóvenes apuestan, como forma de luchar contra el individualismo, por fomentar redes de solidaridad ciudadana. Una nueva forma de compartir las dificultades.

3. Compromiso vs. Pasividad. El miedo que conlleva toda acción transformadora provoca que la gente no haga nada. Además, ante la poca expectativa de conseguir un resultado inmediato, muchos jóvenes podrían pensar: ¿Para qué voy a hacer esto, si no voy a conseguir nada? Ante esta pregunta, el resultado suele ser la pasividad. Sin embargo, actualmente, los jóvenes, muchos de los cuales piensan que no tienen nada que perder, se han situado al margen de la sociedad para mostrar su faceta más comprometida, apostando de forma paralela por otro valor mencionado en el párrafo anterior, la solidaridad.

4. Esfuerzo vs. Desmotivación. Frente a la desmotivación y la resignación que podrían tener los jóvenes ante una situación desfavorecida, el esfuerzo se constituye en el valor esencial para no rendirse y apostar por nuevas expectativas. Es la nueva herramienta de los jóvenes, junto con la honestidad, para conseguir lo que se proponen sin rendirse al conformismo.

5. Lucha vs. Injusticia. La pasividad ante aquello que no es justo es en ocasiones la respuesta más fácil. En este contexto, los jóvenes, por el contrario, asumen la responsabilidad de analizar los problemas, estudiar las causas y consecuencias, y esforzarse por conseguir lo que es justo.

Siempre luchando desde una postura de tolerancia, mostrando una actitud flexible y abierta a las opiniones de los demás, todas las cuales analizan cuando se trata de aportaciones para solucionar un problema.

6. Responsabilidad vs. Inmadurez. La edad a veces puede ser un factor clave a la hora de afrontar un problema. Muchos jóvenes, simplemente por su temprana edad, cuentan con una inmadurez que les dificulta tomar decisiones o encontrar soluciones. Sin embargo, actualmente los jóvenes muestran la tendencia contraria. La mayoría asume que debe vivir en una sociedad en la que cada persona debe ser responsable de sus actos, así como todos deben participar en el logro del bien común. En este sentido, parecen integrar el valor de la responsabilidad en contraposición a la esperada inmadurez.

7. Decisión vs. Desconfianza. Tomar decisiones siempre es una labor complicada. Normalmente, las personas buscan un clima de seguridad para dar un paso al frente, y muestran desconfianza cuando las circunstancias no son óptimas. Sin embargo, lejos de huir, los jóvenes reclaman su derecho a elegir, rectificar y enfrentar sus propios problemas, es decir, su derecho a tomar decisiones. Igualmente, reclaman el derecho a equivocarse a la hora de decidir, como parte del proceso de maduración de cualquier persona.

Patricia Núñez de Arenas