Actualizado 22/06/2022 09:52

Guardería o escuela infantil: cariño y profesionalidad

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Se te acabó la baja maternal y habéis decidido llevar al niño/a a la guardería o escuela infantil, pero todavía te queda esa pequeña duda en el corazón, por si le atenderán con el cariño que se merece. ¿Cómo se forma un Técnico Especialista en Educación Infantil?

Como es lógico, a unos padres no se les suple. El cariño que vosotros podáis dar a vuestros hijos es insustituible, pero no por ello debéis pensar que al llevar a vuestro hijo a la guardería o escuela infantil le estáis avocando a una carencia afectiva. Hoy en día, existen centros de formación para Técnicos Especialistas en Educación Infantil, que tienen muy presente el campo de la afectividad dentro de sus planes de estudios.

¿Cómo atienden a mi bebé cuando llora en la guardería o escuela infantil?

En el currículo marcado para la formación de los Técnicos Especialistas en Educación Infantil, hay una asignatura concreta en la que se aborda el desarrollo afectivo de los niños, donde se ve la figura de los padres y los profesionales en la educación afectiva propia de cada edad. Se trabaja la figura de apego, los celos, las rabietas y, a través de casos prácticos, se analizan situaciones de celos, rabietas, etc., que se producen también en los bebés.

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1.  Cuando un niño llora, estos profesionales saben que el llanto es la forma que tiene el bebé de comunicarse. Sobre todo en los primeros meses, el niño llora para demandar y cubrir sus necesidades básicas: comer, dormir, aseo... Las educadoras saben que este reclamo debe ser atendido, ya que es la manera más idónea de proporcionar seguridad a los niños. Las profesoras de una guardería, con titulación oficial, están altamente capacitadas para atender y supervisar a grupos de hasta ocho niños menores de un año, sin perjuicio para ninguno de ellos.

2.   Y si llora mi bebé, ¿cogen o acunan a mi hijo? La respuesta es que se trata a cada niño de una manera personalizada: se ve si tiene todas sus necesidades cubiertas, se le pone el chupete, se procura no acunarle, pero sí se le canta una canción para ayudarle a conciliar el sueño. Si, a pesar de todo esto tu bebé sigue llorando, lo normal es que lo saquen de su cuna, le ponga una mantita en el suelo y le den juguetes para distraerlo, hasta que se calme.

Mordeduras en la guardería o escuela infantil

Es normal que a partir de los ocho o nueve meses comiencen pequeñas rivalidades por la posesión de un juguete, o por cualquier otro motivo sin importancia. Al ser tan chiquititos la técnica que se sigue es hacerle ver al "agresor", mediante un tono de voz más firme, que aquello no está bien. La educadora de la guardería lo retira del grupo unos minutos y más tarde, procura que le dé un beso al niño "agredido".

La experiencia demuestra que, en pocos días, son los mismos niños los que saben cómo deben reaccionar ante estas circunstancias. Al niño que ha sido mordido su cuidadora le da una "ración extra" de mimos, y si es necesario se le pone un poco de pomada antiinflamatoria en la zona afectada.

Guardería o escuela infantil: formación del sentimiento de confianza

La afectividad en la vida del niño tiene una gran repercusión en su vida adulta. La vida afectiva del niño es el cimiento de la vida afectiva del adulto, estructura de algún modo su carácter y personalidad. Una buena educadora sabe que es muy importante desarrollar una personalidad firme y segura en los niños. Este aspecto se trabaja a fondo en su formación, pues en la medida en que los bebés reciben respuesta, se refuerza su conducta, el niño la repite y así perfecciona su aprendizaje.

La formación del sentimiento de confianza básica se empieza adquirir hacia los 10 meses. El niño comienza a diferenciar claramente los conocidos y los desconocidos. Se apega mucho a su cuidador principal y teme a los extraños. Aparece la timidez frente a situaciones nuevas. Hacia el año, el miedo disminuye, cuando la estabilidad familiar o el centro educativo, le dan confianza.

Un niño feliz es la primera manifestación de que realmente le están aplicando un programa de estimulación adecuado en la guardería o escuela infantil. No obstante, siempre tenéis que implicaros los padres, porque vosotros sois los verdaderos protagonistas del aprendizaje, las educadoras ayudan a esta estimulación, pero no suplen. Los padres jugáis un papel fundamental en el desarrollo de los hijos. Teniendo como apoyo el vínculo afectivo, los educadores pueden contribuir a través de una buena estimulación a formar una persona con una capacidad de aprendizaje mayor, sociable, seguro de sí mismo, afectivo.

Ana Aznar
Asesoras: Cristina Gutiérrez, Coordinadora del Ciclo Formativo Superior de Educación Infantil de Fomento-Fundación.
Yolanda Castañeda, profesora en este Centro y en el Centro Universitario Villanueva.

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