Actualizado 22/06/2015 13:45

La luxación de cadera del bebé

La luxación de cadera en el bebé
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Al nacer, el pediatra realiza a tu hijo una serie de pruebas entre las que se encuentra la revisión de las caderas para detectar una posible luxación. En algunos hospitales hacen una ecografía de cadera a todos los recién nacidos, muy útil hasta el segundo o tercer mes. A partir del cuarto o quinto mes se realiza una radiografía, al estar ya formada la cabeza del fémur. Se trata de evitar una cojera en el futuro.

La luxación de cadera, o displasias evolutivas de cadera, se producen cuando el hueso del fémur no está metido en el hueso de la cadera. Esta patología, detectada a tiempo, no tiene más importancia que los inconvenientes del tratamiento, pero es de vital importancia atajarla; de lo contrario, puede provocar una cojera en el futuro.

¿Cómo puede detectar el pediatra una luxación de cadera del bebé?

El pediatra de tu hijo le realizará una serie de pruebas en las que puede detectar unos "clics" en sus caderas, o directamente notar cómo se le sale la cabeza del fémur de una o ambas caderas.

1. En primer lugar, tumbará boca arriba al niño para explorarlo, cogiéndole de las rodillas con su dedo índice y pulgar, llevándole las piernas juntas y flexionadas a la altura de las caderas. Desde esta posición hará con ellas movimientos rotatorios varias veces, abriéndole las piernas a modo de rana. Es en este momento, cuando el médico puede detectar el clic en sus caderas.

2. A continuación, le hará otra prueba presionando el muslo del niño con su dedo pulgar, pudiendo notar que se le sale la cabeza del fémur; o, si ya la tenía fuera, apreciará que se vuelve a meter en su sitio al realizar la rotación.

3. En tercer lugar, el pediatra comprobará si el niño tiene asimétricos los pliegues de los glúteos, si tiene la pelvis oblicua, si sus miembros inferiores en reposo adquieren una postura diferente o, en caso de ser niña, si presenta una desviación de la línea media de la vulva. Todos ellos son signos evidentes de luxación, al menos en una de las caderas. En cualquier caso, el diagnóstico quedará confirmado con una ecografía de cadera.

Pasos a seguir para detectar una luxación de cadera del bebé

Este clic característico puede tener su origen en los ligamentos, por rigidez de los tendones, etc. Lo cierto es que no se sabe, hoy por hoy, a qué se debe. Las estadísticas indican que son más propensos las niñas, los prematuros y los bebés de bajo peso.

Si los padres tenéis la sospecha o el pediatra lo detecta, el siguiente paso será la ecografía (bebés de dos o tres meses) o la radiografía de cadera (a partir de los cuatro o cinco meses). Tras la confirmación de la luxación, el pediatra os remitirá al traumatólogo infantil y posiblemente le tengan que poner unos arneses al niño, por un período mínimo de dos meses, dependiendo del grado.

Lo importante es no olvidar hacer las pruebas a vuestro hijo, pues las secuelas son importantes, como la cojera.

Tratamiento para la luxación de cadera del bebé

El tratamiento del clic de las caderas consistía hasta hace poco en poner un doble pañal al niño para mantenerle separadas las piernecitas, mientras se le iba fortaleciendo la pelvis. Actualmente, existen otros métodos de mayor eficacia, como los arneses que fijan de forma más segura los muslos del pequeño y aseguran el éxito del tratamiento. El sistema consiste en unas correas que mantienen continuamente separadas las piernas del bebé, incluso mientras le cambias. Lógicamente, el tratamiento ortopédico produce mejores resultados cuanto antes se inicie.

Con los arneses se pretende corregir en un plazo más corto de tiempo la anomalía de tu hijo y conseguir que el pequeño pueda aprender a andar sin dificultades.

¿Qué hacemos si llora el bebé?

Según el doctor Molinari, esta es la pregunta más corriente de los padres, preocupados por lo incómodo que estará su hijo con los arneses. Lo normal es que el tratamiento ortopédico se inicie en el bebé antes de los seis meses, por lo que su capacidad para adaptarse es muy alta y se acostumbran rápidamente, sin manifestar ningún tipo de molestias. La media son dos días para acostumbrarse, tras lo cuales el niño ya no manifiesta ningún rechazo.

Podemos pensar que empezará a dormir mal, o que se le irritará la piel, pero nada de esto ocurre por lo que, con un poquito de paciencia, cuando nos queramos dar cuenta ya se lo tendrán que quitar. En este sentido, es bueno recordar que los arneses son cuatro correas que se colocan encima de la ropita del niño, que a lo sumo le darán un poquito más de calor en verano.

Se puede señalar como única consecuencia su retraso para gatear y andar, por el lógico impedimento físico que conllevan los arneses; aunque se contrarresta con la seguridad de que al andar, lo podrá hacer correctamente y no tendrá la secuela de la cojera.

Consejos para actuar ante una luxación de cadera del bebé

1.  Al cambiar a tu bebé, mira si puede poner sus piernecitas juntas y estiradas, tanto por delante como por detrás, y observa si sus pliegues cutáneos son asimétricos. De ser así, no debes alarmarte, pero si darlo a conocer a su pediatra.

2.   Al ser un problema que deja secuelas importantes, cuanto antes lo detecte el especialista mejor para el niño. Por otro lado, los arneses son incómodos y si se los ponéis cuando el niño es mayorcito, va a sufrir más que de bebé.

3.   Pregunta en el hospital o en la consulta del pediatra si le han realizado las pruebas. En caso afirmativo, cuando te manden hacerle una radiografía, no demores esta cita por el bien del niño.

4.   Cuando tengáis ocasión, es muy bueno que llevéis al niño a horcajadas, es decir, sobre una de vuestras caderas, así el bebé podrá poner una pierna a cada lado (en jarra). Esta posición favorece mucho la buena formación de las caderas del bebé.

5.    El pediatra comprobará si el niño tiene asimétricos los pliegues de los glúteos, la pelvis oblicua y si sus miembros inferiores en reposo adquieren una postura diferente

Ana Aznar
Asesor: Pedro de León Molinari. Pediatra por la Universidad de Navarra. Clínica Asistencia Integral Pediátrica, de Sevilla.

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