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EDUCAR LOS SENTIMIENTOS
Ondina Vélez

Educación sentimental para la Ciudadanía

     

Este curso mi hija mayor, Teresa, ha comenzado 5º de Primaria. Con la lista de nuevos libros, me llevé el disgusto de que nos había llegado el momento de enfrentarnos a la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Reconozco que pensé que no nos iba a tocar.

Cuando dicha asignatura fue aprobada, los padres del colegio donde van mis hijos y la Dirección del mismo hicieron (me incluyo) una objeción masiva, pero como en aquel momento mis hijas estaban lejos de cursar dicha asignatura, lo cierto es que al no afectarme directamente el problema, no había profundizado más en él.

Pregunté a otras madres, pedí el libro prestado para leerlo y tomar una decisión respecto a que debíamos hacer. Al leer el índice, aparentemente no había ningún tema inadecuado, más bien me llamó la atención cómo a lo largo de los temas se trata la cuestión de la educación afectiva. Al introducirme más en el texto detecté graves errores en esta materia, que creo no nos pueden dejar indiferentes, y debemos abordar con nuestros hijos.

¿Sentimientos buenos y sentimientos malos?

El autor del manual de dicha asignatura clasifica los sentimientos en buenos y malos. Los sentimientos malos son aquellos que nos provocan tristeza; son buenos, en cambio, aquellos que nos hacen sentir bien. Por otra parte, al hablar del mal en el mundo, pone el acento en los malos sentimientos, como causantes de los problemas que nos rodean.

Madre enseñando a su hija
Foto: THINKSTOCK 

Este tipo de afirmaciones nos pueden parecer totalmente inocuas, pero traslucen un cierto error antropológico.


La bondad o maldad de los sentimientos no se identifica con la tristeza o alegría que provocan en el que lo siente.


Eso nos llevaría a un subjetivismo excesivo, relativista, aquello que me hace sentir bien es bueno y si no, es malo... Si diésemos esto por bueno, el hombre estaría a merced de sus sentimientos.

Por esta razón, merece la pena que le echemos un vistazo a los libros que leen nuestros hijos en el cole y que busquemos un rato para hablar con ellos.