Actualizado 22/06/2022 12:24

Educar sin gritos: si tú gritas, ellos gritan

Si tú gritas, ellos gritan
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¿Tu casa se ha convertido en una locura? ¿Tus hijos siempre están gritando? ¿Qué ha ocurrido, cómo hemos podido llegar a esta situación? Si lo que quieres es acabar con los gritos en casa, prueba a educar sin gritos a tus hijos. Recuerda, si tú gritas, ellos gritan y el motivo es que los niños pequeños actúan por imitación.

El hábito en la emisión de la voz del niño queda marcado en sus primeros años de vida por diferentes causas: la fonación utilizada por las personas con las que convive en casa, en el colegio, y sobre todo, por la madre. La imitación que hace el niño de las personas más cercanas, es decisiva de cara al futuro de un hábito fonatorio. Por tanto, si tus hijos están rodeados de adultos que gritan, posiblemente ellos terminarán gritando también.

La voz de la madre

Hay "modelos" de relación y convivencia que pueden ser positivos para unos miembros de la familia y no tan acertados para otros. Generalmente, gritar a los niños nunca es la solución. El niño está inmerso en este contexto, que a su vez está ofreciendo "modelos" de voz: la voz de la madre, del padre, de los hermanos... Muchas veces decimos "este niño habla igual que su padre" porque habla muy fuerte o chillando...

También, en la familia hay otros estímulos como la televisión, el ordenador, que pueden ir acompañados de violencia, ruidos y modelos verbales, que conllevan determinados valores, aunque sabemos que estos estímulos no son negativos (todo depende del uso y el abuso que se haga de ellos).

Otro aspecto que influye en la propia dinámica del niño es el colegio, incluso la guardería (de los 0 a los 3 años). Este entorno escolar ofrece muy variados modelos o referencias verbales a la hora de interactuar: el respetar o no los turnos de palabra, hablar a intensidad adecuada o abusando de ella, hablar en entornos silenciosos sin ruido de fondo, o hacerlo en un entorno altamente ruidoso como a la hora del patio, comedor, el tiempo de deporte, etc.

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En casa, ¿qué podemos hacer para educar sin gritos?

Educar con el ejemplo

- Evitar situaciones en las que el niño tenga que forzar la voz.

- No hablar al niño en voz alta. Es conveniente hablar en un tono medio sin subir ni bajar la voz exageradamente para que el hecho de gritar resulte extraño o algo poco habitual.

- No hablar de forma acalorada ni precipitada delante del niño. Ese es un modelo inadecuado y perjudicial para su voz.

- Al dirigirse al niño hacerlo a una distancia prudencialmente corta. No hablarle desde lejos; pues se está obligando al niño a contestar forzando la voz para ser oído.

- Procurar que el niño no hable demasiado cuando compruebe que tiene la voz "tomada" o ronca.

- Evitar los juegos de mucha acción. Es conveniente que el niño pase más tiempo en situaciones de relax y tranquilidad que en situaciones que provoquen su agitación, lo cual provocaría un uso inadecuado de la voz.

Cuidar el ambiente 

- Evita que el niño esté en ambientes excesivamente cargados y cerrados o en los que haya mucho ruido (humos, música alta etc.).

- No ingerir bebidas muy frías o muy calientes. Evitar también los condimentos picantes en las comidas; evita irritaciones en las cuerdas vocales.

- Incrementar la humedad en el entorno familiar para evitar los medios secos y caldeados originados en invierno por las calefacciones y en verano, por el aire acondicionado. Impedir los cambios bruscos de temperatura.

- Proporcionar al niño un sueño regular y estable.

- Supervisar la higiene bucodental visitando con regularidad al dentista, habituar al niño a cepillarse los dientes después de las comidas con pasta dentífrica fluorada y controlar el consumo de azúcar dentro de los márgenes de una alimentación equilibrada.

- Prescindir de las moquetas (sean sintéticas o no) en las habitaciones; éstas retienen un gran número de alérgenos.

Marisol Nuevo Espín

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