Actualizado 07/08/2020 12:43

Lo que ya tendría que saber hacer mi hijo preadolescente

Habilidades que todo preadolescente debería dominar
Foto: ISTOCK Ampliar foto

A medida que se van haciendo mayores, nuestros hijos deberán asumir nuevos roles en casa. Alrededor de los 9 o 10 años, estas son algunas de las tareas cotidianas que deberían ser capaces de realizar por sí mismos.

8 habilidades que deberían hacer bien los preadolescentes

1. Hacer la cama. Todo preadolescente debe saber que antes de irse al colegio una de las tareas imprescindibles es hacer la cama para dejar su cuarto ordenado y así contribuir al buen funcionamiento del hogar. Los niños deben entender que no vale posponer esta actividad para cuando regrese de la escuela, sino que debe estar realizada cuanto antes mejor.

2. Ahorrar. Los preadolescentes deben entender el valor del dinero y que todo aquel que reciban no puede gastarse de forma automática. Inculcarles la necesidad de guardar para un futuro los ayudará a entender cómo funciona la economía familiar y a ser más responsable a la hora de comprar. Una buena forma de enseñarles a administrarse es estableciendo una pequeña paga semanal.

3. Preparar una comida simple. Si desde pequeños les enseñamos a manejar con destreza los utensilios de cocina, no hay ningún problema en que un preadolescente prepare una comida sencilla. A veces nos agobiamos con el riesgo que corren con un cuchillo en la mano, cuando resulta más peligroso para su vida ir desatados en el coche o navegar por Internet sin criterio.

4. Orientarse. Una de las mejoras formas de fomentar la autonomía es que el niño aprenda por dónde camina y se sepa orientar. Una buena forma de inculcar esta habilidad es jugar a la "búsqueda de un tesoro" valiéndose de un mapa. Al principio bastará con uno del barrio donde vive para que aprenda las calles, luego esta actividad se puede extender a toda la ciudad para que aprenda por ejemplo el sistema de transportes.

5. Organizar su tiempo. Los niños deben aprender a gestionar su agenda ya que a medida que se hagan mayores, los padres no serán quienes les recuerden que deben estudiar o cualquier otra responsabilidad. Saber organizar la tarde diferenciando entre juego y deberes es el mejor modo de empezar.

6. Doblar ropa limpia. Una de las mejores formas de fomentar la organización en los preadolescentes es enseñarles a doblar la ropa. Una buena manera de hacerlo es que los niños colaboren durante las labores de planchado. Será el menor quien la doble y la coloque en su correspondiente lugar.

7. Limpiar. La escoba, la fregona y el aspirador son artilugios mucho menos complicados de manejar que el Smartphone y la tableta. No debemos tener miedo a hacerles partícipes de tareas domésticas que redundan en el beneficio de toda la familia.

8. Gestionar su mochila. Muchos padres deben estar atentos para asegurarse de que sus hijos no se olvidan nada para el colegio. Sin embargo es el preadolescente quien tiene que asumir estas responsabilidades y revisar cada noche su mochila y velar porque todo el material que necesite al día siguiente esté dentro.

 

Fomentar la autonomía de los preadolescentes

Para conseguir que los preadolescentes realicen todas estas actividades, los padres pueden ayudar del siguiente modo a sus hijos:

- Paciencia. Los grandes logros no se consiguen en un día y al principio habrá que estar encima de los niños para conseguir los objetivos.

- Nada de críticas. Si el niño no realiza las labores o las hace de malos modos no hay que criticarle, sino aconsejarle para que no se vuelva al repetir.

- Anímalo a que se supere y que cada vez haga mejor estas labores. La motivación es una herramienta mejor que regañar.

- Valora sus iniciativas. Si el niño pregunta si puede asumir nuevas tareas o quiere hacerlas de otro modo, ten en cuenta estas opiniones.

- Premia y valora sus logros. Si ve que sus padres reconocen su trabajo, se sentirá más motivado para repetirlo.

- Confía en él. A medida que pase el tiempo no se debe preguntar tanto si ha hecho alguna actividad y confiar en que la haya hecho sin recordatorio paterno.

Damián Montero

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