Actualizado 07/08/2020 12:56

Las cesáreas están cambiando la evolución del cuerpo de la mujer

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El parto es un proceso muy complicado que en muchas ocasiones requiere de una intervención quirúrgica para para conseguir que el niño salga del vientre materno. Estas prácticas son conocidas como cesáreas y en los últimos años han crecido bastante en los países desarrollados tal y como indica la Organización Mundial de la Salud, OMS.

Tal y como indica este organismo, la cesárea es un buen método para conseguir un parto sin riesgos en determinadas situaciones ya que previenen riesgos tanto para la madre como para el niño. Sin embargo en alumbramientos sin amenazas no es para nada recomendable esta práctica y aun así el número de estas intervenciones se han multiplicado en las últimas décadas. Un hecho que está contribuyendo a que la evolución del cuerpo de la mujer esté cambiando.

Pelvis más pequeña

Para comprobar si el incremento de las cesáreas estaba teniendo algún resultado en el cuerpo de la mujer un grupo de investigadores de la Universidad de Viena analizaron los partos y sus tipos a lo largo de los años. De este modo se encontraron con que el número de alumbramientos no vaginales habían pasado de ser un 3% en los años 60 a ser de entre un 3,3% y un 3,6% en la actualidad.

Esto significa que en la actualidad un mayor número de madres precisan de esta intervención para dar a luz. ¿El motivo? Las cesáreas. Tal y como indican estos investigadores en el pasado si una mujer de caderas estrechas paría había un alto riesgo de que tanto ella como su hija murieran durante el alumbramiento.

Sin embargo la introducción de las cesáreas provocó que el gen de las caderas estrechas se transmitiera de madre a hija. Eso a su vez provocaba que esta mujer diera a luz a nuevas niñas con las mismas características aumentando cada vez más el número de embarazadas con pequeñas pelvis y que por tanto precisaban de este tipo de intervenciones.

Tendencia evolutiva de los bebés

No solo las madres están cambiando. Cada vez más niños nacen más grandes, de hecho la cabeza de los bebés son más grandes que las del resto de primates. Esto provoca que el riesgo de muerte durante el alumbramiento se incremente ya que el espacio de salida es menor en estos casos y estos genes tampoco están pensados para no cambiar.

Sin embargo las cesáreas están haciendo que estos niños puedan sobrevivir al parto. Motivo por el cual estos genes pueden pasar a las siguientes generaciones y niños de mayor tamaño puedan gestarse en el vientre de la madre, haciendo necesaria nuevamente una cesárea. Esto unido a la pelvis de menor tamaño de las madres hace que esta intervención sea imprescindible.

Damián Montero

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