Actualizado 22/06/2022 12:21

Qué hacer cuando los amigos de tus hijos se comportan mal en casa

El mal comportamiento de sus amigos en casa
El mal comportamiento de sus amigos en casa - ISTOCK

Durante las vacaciones escolares o los fines de semana es muy habitual que nuestros hijos inviten a sus amigos a casa para jugar o dormir. Como padres esto puede implicar que, en ocasiones, ese amigo invitado no encaje precisamente en el perfil de "amigo ideal". Los niños pueden ser como el día y la noche en lo que respecta a su educación, su forma de comportarse y valores aprendidos. La situación puede ser incluso más compleja si el amigo es el hijo o la hija de algún conocido.

¿Cómo les enseñamos a comportarse fuera de nuestro entorno?

Cada familia es distinta y no existen normas universales que definan cómo se ha de educar a un hijo. Es importante ser flexible y aceptar las infinitas variaciones con las que nos vamos a encontrar. Dicho esto, para que nuestros hijos se comporten como esperamos en casa ajena han de aprender algunas conductas básicas que salvaguarden su seguridad.

- Sinceridad. La sinceridad propicia que los niños sean responsables de sus propios actos. No importa la situación concreta: contar dónde se van a quedar a dormir, dónde han estado, qué actividades van a realizar y dónde, con qué amigos han pasado la tarde, etc.: ser sincero a la hora de dar información a los padres o a otros adultos ayuda a evitar que los niños acaben cometiendo errores que les pueden luego pasar factura.

- Respeto. El respeto abarca tanto el ámbito verbal como el físico. Los niños deben respetar a los adultos, a los otros niños, las propiedades, las pertenencias y las leyes de las distintas comunidades (colegio, ciudad, urbanización, etc.) en las que viven. El mostrar respeto hace que esté a salvo de las consecuencias no deseadas de la falta del mismo, como peleas, problemas con la policía u otros disciplinarios.

- Autocontrol. Consiste en saber cuáles son las instrucciones o las reglas vigentes en la situación o en la ubicación donde te encuentras y en saber aplicar dichas reglas. El objetivo es ponerle freno a la toma de decisiones impulsivas. El no hacerlo puede poner al niño en peligro.

Estos tres conceptos básicos ayudarán a tu hijo/a a cumplir las normas que harán de él un niño/a bienvenido en la mayoría de los entornos. El enseñarle estos conceptos le ayudará a moverse con facilidad por la gran diversidad de situaciones a las que probablemente tenga que enfrentarse.

Cómo tomar el mando si un amigo de tu hijo no se está comportando bien

Educar a cada niño es responsabilidad de sus padres. Sin embargo, cuando el comportamiento de un menor no es adecuado, debes ponerle freno y limitar su influencia en tanto que su conducta esté causando perjuicio a tus hijos o a ti.

1. Aclárale cuáles son las normas de tu familia. Quizás el niño no sabe cuáles son tus expectativas. Explícale qué conductas concretas no son aceptables en tu casa y cómo puede corregir su comportamiento. Asimismo, dile que esperas que cumpla las reglas que le acabas de explicar.

2. Limitar las conductas nocivas o irrespetuosas. En ocasiones, los pequeños son incapaces de prever las consecuencias de sus actos debido a su falta de madurez. Cuando un niño hace cosas que son o que pueden llegar a ser perjudiciales o irrespetuosas, interrúmpele y dile cuáles son las consecuencias que podría tener si continúa como hasta ahora. Que le quede bien claro que no puedes permitir que siga comportándose de esa manera.

3. Alaba las conductas positivas. La mayoría de los niños responden muy bien a los comentarios positivos. Hacerle ver que se está portando bien y que lo valoras es una forma estupenda de fomentar y potenciar esas conductas que te gustaría ver con más frecuencia. Cuando veas que un niño se adapta bien, se porta bien o es amable y generoso con los demás, échale unas flores y elógiale. Más tarde, cuando veas a los padres del niño, cuéntales lo bien que se ha portado y hazlo delante del niño. De este modo el elogio tiene más peso y resulta más eficaz al haberlo hecho público, con lo que aumenta la probabilidad de que el pequeño vuelva a comportarse así de bien cuando esté nuevamente contigo. Si es posible sé breve, preciso e incluye el nombre del niño cuando te dirijas a él/ella.

No a todos los niños les han educado en estos tres conceptos, pero esto no significa que tengas que tolerar que un niño sea mentiroso, que falte al respeto o que no tenga autocontrol.

Deanna Marie Mason, experta en educación y salud familiar. Autora del blog Dr. Deanna Marie Mason. Paternidad proactiva. Apoyo profesional para la familia moderna. Acaba de lanzar su segundo libro: Cómo educar adolescentes con valores.

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