Actualizado 22/06/2022 11:07

El papel de los padres en el juego de los niños

Los padres y el juego de sus hijos
Los padres y el juego de sus hijos - ISTOCK

Los beneficios del juego en el aprendizaje no implican que sea una actividad de uso exclusivamente escolar. El niño juega constantemente, mientras vamos de camino al colegio o a la compra se entretiene dando patadas a una piedra o caminando por los bordillos, en la sala de espera del médico con juegos de palmas.

Los padres tenemos un papel fundamental en el juego de los niños. El juego es una forma muy provechosa para dedicarles el tiempo que necesitan fortaleciendo los lazos afectivos y podemos transmitirles nuestros conocimientos y nos ayuda a comprenderlos mejor. También sirve para educarlos en el funcionamiento de la sociedad ya que la familia es el primer grupo social del niño y su principal educador. Este tiempo de juego le dará seguridad, fortalecerá su autoestima y contribuirá a su felicidad.

Si logramos entender el juego como una actividad fundamental en el desarrollo del niño, veremos la necesidad de fomentarla y potenciarla en el tiempo que pasamos con nuestros hijos. Debemos ofertarles juegos variados que les proporcione tiempos para estar con otros niños, solos y con su familia. Debe darse en contextos variados, es decir, tanto al aire libre como en el interior. Conjugar juegos de movimiento con juegos de atención, de habilidad* De manera que pueda proporcionarle las habilidades, actitudes e información necesarias para su crecimiento y desarrollo.

Ideas para padres: entender el valor del juego

Al conocer mejor el valor del juego, entendemos que el aprendizaje en los niños pequeños no puede darse sentándoles durante horas en una silla bombardeándoles con información. Ellos no tienen la misma capacidad que tenemos los mayores de aprender. Ahora es tiempo de desarrollar habilidades imprescindibles para la adquisición de aprendizajes posteriores más complejos. Su cabecita y su ser están inquietos por saber, por aprender, por conocer el mundo que les rodea pero su madurez solamente les permitirá aprender de manera práctica, mediante experiencias, a través de todos los sentidos, y solo atraerá su atención aquello que tenga un interés para él.

Dejemos a los niños que se desarrollen paso a paso, respetando los ritmos madurativos de cada uno y las actividades que corresponden a cada momento de su vida y a su madurez. No hay necesidad de acelerar los tiempos porque causará dificultades en los aprendizajes presentes y futuros.

Por eso, cuando recojamos a nuestro hijo del colegio y nos diga "Hoy he jugado", sonriamos conformes y satisfechos del día tan provechoso que han tenido valorando la capacidad de aprender divirtiéndose.

El juego y el aprendizaje infantil

Los niños pequeños aprenden de manera globalizada, no se estructura el aprendizaje en asignaturas. A través de un hilo conductor que sea capaz de despertar el interés del niño, se integran todos los aprendizajes necesarios para su desarrollo.

Mientras el niño juega y se divierte, no es consciente de que ha trabajado su psicomotricidad gruesa y fina, necesarias para la lectoescritura, ha aprendido nociones de lógica matemática como tamaños, formas, números, los conceptos más y menos, mucho y poco, clasificaciones, seriaciones, aproximación a la suma y resta. Ha aprendido vocabulario nuevo, ha expresado sentimientos que le ayudan a conocer y regular sus emociones.

Al conocer mejor el valor del juego, entendemos que el aprendizaje en los niños pequeños no puede darse sentándoles durante horas en una silla bombardeándoles con información.

Si logramos entender el juego como una actividad fundamental en el desarrollo del niño, veremos la necesidad de fomentarla y potenciarla con ideas para jugar con los niños y participar en sus juegos. Debemos ofertarles juegos variados que les proporcione tiempos para estar con otros niños, solos y con su familia.

Ideas erróneas acerca del juego

- Utilizar el juego como una actividad exclusiva de ocio.
- Sobreestimular al niño con juegos etiquetados como educativos creyendo que les vamos a dotar de más inteligencia.
- Diferenciar los juegos por sexos.
- Limitar el juego a los juguetes.

Juegos de psicomotricidad

El niño satisface su necesidad de ejercicio físico y movimiento, desarrolla sus posibilidades motrices, aprende a controlar su cuerpo y sienta las bases para aprendizajes posteriores como la lectoescritura. Pueden ser gateo, marcha, correpasillos, triciclo, bicicleta, correr, saltar, jugar a la goma, caminar por el bordillo, juegos de pelota, aros, volteretas... Los juegos de psicomotricidad fina consisten en ensartar, plastilina, recortar, modelar...

Juego social y emocional

Estos juegos favorecen la socialización porque entrenan las habilidades sociales, obligan a conocer las normas de convivencia, asumir reglas, expresar sentimientos, regular emociones... El juego social se da desde el primer momento en la vida del niño al interactuar con sus padres a través del cuidado diario y evoluciona progresivamente al jugar con otros niños y con otros adultos.

Juegos cognitivos

Fomentan el pensamiento, desarrollan la memoria, la concentración, la atención, la percepción, la imaginación y la creatividad. Engloban los puzles, rompecabezas, sudokus, juegos para encontrar las diferencias, buscar parejas, juegos de cartas, frío-caliente, memorizar poesías, pintar, hacer composiciones artísticas...

Juegos electrónicos

No podemos obviar estos juegos porque forman parte de la vida actual de los niños. No cabe duda que también contribuyen a su desarrollo intelectual, trabajan la coordinación y el tiempo de reacción. Es beneficioso si se juega con moderación. Jugar prolongadamente puede causar obsesión en el niño y afectar a su desarrollo socioemocional.

El tiempo destinado a los juegos electrónicos no debe superar el tiempo que el niño dedica al resto de juegos.

Cristina Palacios Hernando. Pedagoga

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