Actualizado 22/06/2022 11:21

Viene un hermanito: cómo adaptar el cambio en el primogénito

Cómo preparar al mayor para recibir al pequeño
Cómo preparar al mayor para recibir al pequeño - ISTOCK

Aunque los celos destacan tras el nacimiento del bebé, también pueden aparecer en momentos en los que este alcanza hitos importantes de su desarrollo, que hacen más patente su competencia. Normalmente desaparecen al tiempo, cuando el niño comprueba que compartir el amor de sus padres no implica su fin.

Si la información que maneja es escasa, puede malinterpretar la realidad. Por ejemplo, "mamá y papá prefieren al bebé porque es más pequeño", por lo que "si vuelvo a comportarme como antes, todo volverá a girar en torno a mí y seré nuevamente su preferido". Este razonamiento erróneo puede conllevar reacciones emocionales y conductuales negativas, incluso regresivas.

Aunque puede ser consciente o inconsciente, normalmente el principe destronado persigue recuperar el centro de atención. Pueden surgir tanto previa como posteriormente al embarazo. Si bien esta alteración se circunscribe principalmente al contexto familiar, también puede generalizarse a otros como la escuela.

Ideas para la adaptación del primogénito ante la llegada de un hermanito

Para evitar estas vivencias es conveniente mantener al primogénito informado de los distintos cambios, especialmente en los siguientes momentos:

- Durante el embarazo
La elección del momento para informarle de la noticia es personal, siendo aconsejable que tenga tiempo para hacerse a la idea. Explicarle de dónde vienen los bebés o realizar actividades con él (como dejarle que acaricie la barriga de mamá, pensar en nombres para el bebé, interactuar con otros bebés, ayudar en los preparativos, leer cuentos sobre el nuevo rol, ver fotos de cuando él era pequeño) puede facilitar su comprensión. Conviene que conozca bien todas las consecuencias de tener un hermano: podrá compartir experiencias, más adelante -nunca de manera inmediata- podrá jugar con él, podrán dormir acompañados.

- El día del parto
Antes de su llegada, es importante comunicarle quién le va a cuidar mientras estéis en el hospital. Es aconsejable planificar su visita (íntima) al recién nacido en el hospital, hecho que reforzará la unión familiar y su propio espacio en dicha estructura. Es preferible que la madre ya no lleve vías en los brazos, para que no le impresionen. Durante los días previos y posteriores al nacimiento, conviene mantener su rutina diaria, así como respetar sus espacios y pertenencias.

- Al llegar a casa
Su comprensión de las necesidades básicas del bebé le ayudará a ajustar sus expectativas sobre su llegada, así como a entender que necesitan distintos cuidados. Implicarle en el cuidado del bebé (como aprender canciones para dormirlo, ayudar a bañarle o entretenerle) no solo evitará que desarrolle sentimientos de exclusión o resentimiento contra él, sino que favorecerá una interacción positiva entre ambos. Los ratos en los que el bebé esté tranquilo o durmiendo pueden ser un momento ideal para pasar tiempo con él. Es aconsejable reforzar las conductas responsables de "hermano mayor" y extinguir las dirigidas a llamar la atención.

Las explicaciones deben ser claras, firmes y sencillas, adaptadas a su lenguaje según la edad y grado de madurez.

¿Cómo ayudarle a aceptar a su hermanito?

- Mantenle informado de los cambios.
- Favorece una transición progresiva.
- Observa, escucha, valida y favorece la expresión de sus sentimientos.
- Hazle partícipe de la nueva situación, dejándole ayudar o tomar decisiones.
- Fomenta su interacción con el bebé.
- Dedícale diariamente un tiempo a solas.
- Dale tiempo para adaptarse, no le fuerces.

Acepta los sentimientos expresados por tu hijo, ya sea a través de la palabra u otras manifestaciones. Intenta comprender qué los motiva, probablemente el miedo y ansiedad que le genera el cambio. Tras la aceptación, la interacción con su nuevo hermanito le beneficiará en su relación interpersonal futura.

¿Cómo afecta a los padres los celos entre hermanos?

La escena de dos hermanos peleando es fuente de tensión también para los padres. Es importante que os mantengáis unidos, que no hagáis distinciones en el tiempo y atención dedicados, y que demostréis vuestro afecto a los dos hijos por igual. Tomar conciencia de las diferencias entre ellos suele ayudar a responder adecuadamente a sus necesidades y a evitar posibles e indeseables comparaciones. Independientemente de nuestra edad o autonomía, todos necesitamos el cuidado de nuestros padres.

Irene Alústiza Quintana

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