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Javier Urra

Las notas, los deberes y la ansiedad de los niños

Notas y deberes escolares
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Por Javier Urra. Psicólogo, pedagogo y terapéuta.
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Hay niños que desde pequeños, tienen escasa motivación para el estudio. Hacer los deberes con ellos se convierte en una lucha cotidiana. No muestran interés por aprender, estudiar no les parece rentable comparado con ver su serie preferida, o jugar a la videoconsola. Cada suma, cada resta, supone un chantaje para su padre/madre. ¿Y las notas? Las notas son un indicador del esfuerzo y capacidad de los hijos (de alguna forma anticipan el futuro), pero lo importante es la constancia.

Las notas pueden generar ansiedad en los niños

Unos porque desean matrículas y otros porque desean aprobar. Algunos están angustiados, tiene pánico a la respuesta en el hogar, sobre todo ante los suspensos que a veces se viven como un absoluto y completo fracaso y ocasionan en los niños unos miedos y angustias paralizantes, desproporcionadas, que pueden cursar de forma insospechada.

En los hogares en general, hay ansiedad por las notas. Las vacaciones dependen en alguna medida de las notas de los hijos. No se debe generar tal ansiedad o angustia de manera que el niño viva como un fracasado.


El riesgo está en que el niño sienta no sólo que ha defraudado, sino que se le ha dejado de apreciar, de querer, que su fracaso lo hace despreciable y al núcleo familiar vergonzante.


Siempre debe haber una puerta abierta a la esperanza, desde la exigencia, desde el enfado, desde la sanción, pero trasladando que le queremos y que un día podremos celebrar sus éxitos académicos. Si constatamos que el hijo no ha cumplido lo objetivamente exigible (que lo es para su bien) debe captar que le revierte negativamente -no debe interpretarse como prohibirle salir o ir en bicicleta-, pero sí suspender otras actividades que pudieran estar previstas (ir al Parque de Atracciones., ver una película de vídeo, etc.). La motivación es fundamental. A largo plazo = llegar a ser.... A corto plazo = conseguir... Hay que estimular y aplaudir las consecuciones, hay que ilusionar y compaginar obligación con gusto por el aprendizaje.

¿Cómo podemos incidir en el estudio?

A estudiar también se aprende. Es importantísimo enseñar a planificar, a organizarse, a concentrarse, a aprovechar y dosificar el tiempo. Se precisa atención, no muchas horas perdidas, motivación, ánimo dispuesto para poder asimilar lo que se estudia y concentración para no verse sometido a continuas distracciones.

Voluntad, empeño y constancia

Debe crearse un hábito de estudio, en el día a día, un entorno propicio, desarrollar una capacidad para aislarse, para concentrarse en silencio. Memorizar y saber relacionar. Si no se sabe estudiar, solicitar al gabinete psicopedagógico del colegio/instituto apoyo e instrucciones. En casa también podemos estudiar con ellos y junto a ellos, pero lo que resulta un fraude y a la larga pernicioso, es estudiar por ellos (hacerles los deberes). Han de saber estudiar con independencia y responsabilidad.

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