El dibujo en niños puede tener muchos beneficios para favorecer su comuniación. - ISTOCK
Formas de comunicarse hay muchas. Desde el llanto del bebé, hasta un recital de poesía. Pero también existen otros mecanismos, fuera del terreno sonoro, que permiten decir mucho. Es el caso del dibujo, una actividad que permite que los niños puedan transmitir lo que piensan y de este modo hacer saber a los padres aquello que pasa por su cabeza en todo momento.
Desde el proyecto de Rural Salut se pone de manifiesto los beneficios que tiene para el menor el dibujo y cómo este contribuye en muchas áreas de desarrollo, entre ellas el fomento de sus capacidades comunicativas. Una herramienta que permite que los padres puedan conocer mucho más a sus hijos.
Lo que pasa por su cabeza
Un dibujo no es otra cosa que unas plasmación visual de algo que pasa por la cabeza de un niño. Desde un idílico paisaje en el que le gustaría estar, hasta un ser que ha creado en su imaginación o un recuerdo en su mente. Una forma de comunicar sus pensamientos al resto del mundo y compartir una parte de él, en donde quedan plasmados buena parte de sus sentimientos.
Un ejemplo es el dibujo de sus familiares, en donde pueden interpretarse varios aspectos en función del nivel de detalle. Aquellos parientes que aparecen con mayor grado de detalle manifiestan una mayor cercanía emocional, mientras que el caso contrario indica una lejanía por parte del niño. La psicóloga Claudia López de Huhn explica que los más pequeños aprovechan el dibujo para plasmar emociones "a las que no pueden poner palabras".
Otros aspectos como la inclusión de detalles en el dibujo, como por ejemplo demasiados muebles en una habitación o distintas flores en un paisaje rural que recuerda indica cierto grado de perfeccionismo en el niño. Otros indicativos de sentimientos pueden aparecer por ejemplo si el pequeño plasma en el papel una actividad como una lucha u otra cosa que implique sufrimiento.
Mejorar la comunicación con el dibujo
Ya que el dibujo es un buen instrumento de comunicación, ¿por qué no aprovecharlo para mejorar esta capacidad en los más pequeños? Estos son algunos consejos para conseguirlo:
- Mientras dibujan es bueno dialogar con los niños, aunque sin abusar porque, para él una actividad espontánea. De esta forma el menor será capaz de traducir con palabras lo que dibuja.
- Ofrecer todas las herramientas: muchos colores y bastante papel para que tenga la certeza que, aunque no haga bien un dibujo, puede hacer muchos más. No hay que imponer lo que se dibuja, la imaginación manda.
- No hay que preguntar sobre detalles concretos y dar consejos para hacerlos. Debe ser él quien decida.
Damián Montero
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