Actualizado 07/08/2020 11:44

Rabietas, ¿qué quieren decirnos los niños con ellas y cómo reaccionar?

Las rabietas son otra forma de comunicarse en los niños
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Cuando algo no sale como esperaban, los niños tienden a mostrar su desacuerdo con rabietas en las que chillan y patalean esperando una reacción por parte del adulto para conseguir lo que esperan. A menudo estos enfados se tienden a confundir con la actitud de un niño malo y egoísta que lo quiere todo para él, pero sin embargo las pataletas forman parte de la conducta de los más pequeños y su aparición es lo más normal del mundo.

Especialmente tal y como indica la Asociación Española de Pediatría, AEP, surgen en torno a los tres años. A esta edad, los niños inician una etapa de obstinación en la que su postura es siempre contraria a la de los demás y raramente adaptan su voluntad a la del conjunto. No obstante, este organismo explica que aunque las rabietas supongan algo normal en los niños, los padres deben trabajar por tratar de remediar esta actitud y hacer que no se prolongue en el tiempo.

¿Por qué los niños tienen rabietas?

En torno a los tres años, los niños comienzan una etapa posicionamiento distinta a la de todos y por ello los más pequeños tratan de mantener su opinión siempre, aunque esto suponga reaccionar de una forma violenta y manifestar su voluntad a través de técnicas para nada dialogantes. En definitiva, estas rabietas suponen una explosión emocional con la que los más pequeños indican su desacuerdo.

Es decir, las rabietas son una forma de llamar la atención empleando fórmulas inadecuadas. Precisamente por el uso de estos medios para imponer su razón, los padres deben reaccionar al comportamiento de los más pequeños y hacerles entender que este no es el camino para manifestar su opinión. Por este motivo, en esta edad se requiere un compromiso de los más mayores para evitar que las pataletas se manifiesten a lo largo del tiempo.

¿Cómo reaccionar ante una rabieta?

Lo más importante ante la aparición de una rabieta es mantener una actitud tranquila e indiferente por parte de todos los adultos que rodeen al niño. El menor debe entender que con su enfado no va a conseguir ganarse la atención de las personas y mucho menos hacer imponer su voluntad. Todo lo contrario, con una pataleta lo que se obtiene es la indiferencia.

Pese a que ha de intentar comprender los motivos que han ocasionado la rabieta, nunca se debe ceder y conceder el deseo que pretende el niño al manifestar su enfado. Esto supondría que el chantaje del menor en forma de pataleta ha tenido éxito, con lo que en la próxima situación en la que quiera imponer su parecer, este actuará de igual forma para conseguir sus objetivos. Lo mejor es esperar a que pase este enfado y hablar con el pequeño para llegar a un acuerdo entre ambos.

Consejos a seguir durante las rabietas

Además de esta forma de proceder durante una rabieta, desde la AEP señalan una serie de consejos para seguir durante estos enfados para tratar de hacer entender al niño que esta actitud no es la más recomendada para conseguir sus objetivos:

1.- Dar siempre ejemplo y no bajar la guardia por muy mal que se vea a los niños con estas rabietas.

2.- La obediencia debe ser enseñada a los hijos dentro de su educación.

3.- Hay que fijar normas en casa. Estas reglas deben ser concretas y de obligado cumplimiento, hay que establecer castigos en caso de que no se cumplan.

4.- Encontrar mecanismos para controlar esta explosión emocional y encauzar esta espontaneidad hacia conductas positivas.

5.- Cuidado con los referentes educativos que pueden encontrar los niños en otros elementos que los rodean como por ejemplo la televisión. Siempre es recomendable sentarse junto a ellos para que no se enfrenten solos a la pantalla.

Damián Montero

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