Actualizado 07/08/2020 11:49

Técnicas para favorecer el habla del niño desde pequeño

Técnicas para favorecer el habla de tus hijos desde las edades tempranas
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En el presente ningún adulto se para a pensar en lo difícil que le fue aprender a hablar. Las palabras salen con total naturalidad de nuestra boca que no nos detenemos a pensar en todo el proceso que hay detrás de este mecanismo de comunicación. Sin embargo el aprendizaje del habla es mucho más duro de lo que a priori nos parece: conocer las palabras, sus significados y cuándo aplicarlas desde luego que no es una tarea sencilla, y menos para un niño pequeño que tiene que asimilar muchos conceptos a su edad.

Por ello, podemos estimular el aprendizaje del habla en los niños desde que son bebés con determinadas técnicas. De esta forma conseguiremos que este proceso sea mucho más rápido ya que de esta forma los más pequeños irán conociendo las nociones básicas del lenguaje desde una edad temprana, con lo que irán integrando poco a poco los significados de las palabras y no se les hará tan cuesta arriba cuando llegue el momento de comunicarse empleándolas.

Técnicas para estimular el habla

1. Las cosas por su nombre. En ocasiones los más pequeños se inventan una palabra para referirse a un objeto y reclamarlo, o simplemente acortan el nombre. Un buen ejemplo es el agua, al que muchos niños llaman "gua", hay que hacerles saber que lo correcto es decir agua y que hasta que no lo pronuncien bien, no obtendrán lo que quieren. Inculcarles el nombre correcto de las cosas desde pequeños favorecerá que los vayan interiorizando poco a poco.

2. Narrar lo que haces. Pasan tanto tiempo con nosotros que nos olvidamos que estos momentos se pueden aprovechar para enseñarles. Si el niño está en la cocina mientras preparamos la comida, podemos ir contándole el proceso de forma muy lenta para que se vaya quedando con las palabras. Cuando cojamos uno de los ingredientes podemos señalarlo con el dedo y decir el nombre de este de forma muy lenta: "Len-te-ja" y tratar de que el niño lo repita.

3. Tele apagada. Si lo que queremos es que aprenda a hablar, igual la televisión no es la mejor forma. Pese a que contienen diálogos, los niños a esas edades se fijan más en lo colorido del escenario y la música, por lo que esto no es el mejor medio para aprender a hablar. Esto no quiere decir que tu hijo pequeño no pueda ver la tele, pero sí que debes asegurarte que no sea su fuente de estimulación principal.

4. Léele. Si antes dijimos que la televisión no debía ser su fuente principal de estimulación, ahora te recomendamos que leerle libros sí que se convierta en un elemento muy presente en la vida de tu bebé. Narrarle historias y hacer que se que las palabras vayan entrando en su cabeza es una medida muy efectiva a esas edades.

5. Cántale. Del mismo modo que la lectura consigue que las palabras vayan sonando a los más pequeños, cantarles también les ayuda. Escoge canciones con estribillos fáciles y cuyas palabras sean sencillas de repetir para los más pequeños. Por ejemplo la canción de Miliki 'Hola don Pepito' la puedes cantar a tu hijo de la siguiente forma: "Ho-la don Pe-pito/ Ho- la don Jo-sé". Acompañar estas canciones de gestos ayudará a que tu hijo asimile las palabras de mejor modo.

6. Deja que se exprese. En última instancia lo que queremos es que nuestro hijo se comunique con nosotros, si no le dejamos que lo intente, esta tarea se hará más difícil. Por ello hay que dejar que hable, que nos comunique a su manera lo que siente y quiere. A nosotros nos tocará corregirlo, eso sí, no de forma muy dura ya que podemos lograr el efecto contrario y que el niño sienta miedo a la hora de expresarse.

7. Palabras sencillas. No hay que agobiar a los niños con palabras difíciles incluso para los más adultos, ni tampoco con nombres de objetos que contengan varias palabras. Por ejemplo, en lugar de oso de peluche, lo adecuado sería que el niño aprendiera en un primer momento a llamarlo "osito" u "oso directamente".

8. No a las onomatopeyas. Muchos niños se refieren a algunas cosas por el sonido que realizan. El ejemplo más claro son los animales: el pájaro se convierte en un "pío", el perro en un "guau", etc. Aunque creas que esto ayuda a que el niño se exprese, lo único que hace es confundirlo puesto que le da un nombre a una cosa que no es el correcto. Lo recomendable es que si en alguna ocasión el niño te dice "el pío", debes contestarle: "no, eso es un pájaro".

Damián Montero

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