Llegan las vacaciones de Semana Santa, una época en la que los niños descansan de sus tareas, sin olvidarse de un breve repaso. Muchas opciones se plantean para esta época, la más recomendable aprovechar estos momentos libres y salir a la calle a jugar junto a los amigos mientras se practica ejercicio. Sin embargo, esto no será así.
La llegada de las nuevas tecnologías y su imposición como forma de ocio ha suplantado otras formas de divertirse más sanas y tradicionales como salir a la calle. De hecho un estudio realizado por la consultora de deporte Ertheo indica que esta Semana Santa los niños de España pasarán mucho más tiempo frente a las pantallas de sus smartphones.
Más móvil que ejercicio
Según los datos que expone Ertheo, casi el 60% de los niños menores de 6 años emplean los smartphones 30 minutos o más cada día. Lo que deja un mínimo de tres horas y media semanales, unos datos que superan a la cantidad de ejercicio que destinan los niños de estas edades.
De hecho los menores de 6 años en España realizan menos de 4 horas semanales de ejercicio. A medida que crecen, los jóvenes invierten todavía más tiempo en sus smartphones. El 27% de los jóvenes de menos de 17 años dedican más de dos horas diarias a sus pantallas, de los cuales un 10% lo emplea más de 4 horas.
El problema se agrava cuando llega el tiempo de descanso como la Semana Santa en donde al haber menos ocupaciones, estas horas se llenan con smartphones: hablar con amigos a través de aplicaciones de mensajería instantánea, visualización de vídeos o dedicarse a juegos. Todas estas actividades suplen otros momentos al tiempo libre que deberían ser la ocupación de los jóvenes en estos momentos.
Animar a hacer ejercicio
La Semana Santa es un periodo vacacional que debe ser aprovechado para hacer más ejercicio. Las ocupaciones del resto del año hacen que los más pequeños no se muevan todo lo que deberían. La actividad física es muy importante para el desarrollo infantil. Estos son algunos consejos con los que fomentar estas prácticas:
1. No al sedentarismo. Cualquier tipo de actividad cotidiana es mejor que la opción sedentaria. Camina, utiliza la bicicleta y sube por las escaleras. Asegura el tiempo de estudio y de aprendizaje. Limita el tiempo frente al televisor y otros aparatos electrónicos.
2. Diversión y juego. Son preferibles las actividades en grupo, divertidas y al aire libre.
Seguridad. El entorno físico debe ser adecuado y sin peligros. Haz caso de las normas de seguridad para la práctica de deporte.
3. Adaptado a las condiciones de salud. La actividad física adaptada a cada situación de salud mejora globalmente el estado de salud y la evolución de los niños con enfermedad crónica y discapacidad.
4. Cuestión de hábitos. La práctica de ejercicio físico debe ser un hábito saludable desde la infancia. Los hábitos se mantienen fácilmente con el tiempo y se echan de menos cuando faltan.
5. Actividad prioritaria. Incorporar el ejercicio físico entre las actividades diarias de tu hijo. Aprovecha las actividades extraescolares e invierte en su salud.
6. Incopora el deporte a la rutina familiar. Da ejemplo. Realiza ejercicio físico y planifica actividades en familia si quieres que tu hijo sea activo.
7. Hidratación. Asegura el aporte de líquidos, sobre todo cuando la actividad es intensa y el ambiente caluros.
8. Ayuda a mantener una alimentación variada y equilibrada. Pilar fundamental para la salud junto con la actividad física.
9. Mejora la disciplina. Los beneficios del deporte requieren continuidad y mantener el hábito regularmente ayuda a que los niños eduquen su propia disciplina..
10. Aumenta la fuerza y la energía. La práctica deportiva también desarrolla fuerza muscular, resistencia y contribuye a tener más energía para realizar cualquier actividad. Todo ello incrementa la autoestima de los niños y la seguridad en sí mismos.
Damián Montero
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