Actualizado 07/08/2020 12:50

Trucos para evitar una mala digestión

Cómo evitar una mala digestión
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¿Notas el abdomen hinchado, tienes digestiones pesadas, gases o ardor de estómago? Si notas alguno de estos síntomas, padeces los efectos de una mala digestión. Es posible que solo padezcas este malestar en un día puntual, pero cuando se vuelve a repetir o incluso se mantienen estos efectos a menudo conviene poner en práctica una serie de consejos para modificar algunos hábitos de vida, que seguramente influyen en nuestra mala digestión.

Factores que provocan una mala digestión

La digestión es un proceso largo en el que intervienen muchos factores, que se mezclan entre sí. Desde la elección de los alimentos y su forma de cocinarlos, hasta la manera y el tiempo que empleamos en masticarlos, pasando por los procesos orgánicos que se desencadenan en nuestro cuerpo para llevarla a cabo.

Precisamente, entre esos procesos orgánicos interviene la saliva, la bilis, el ácido clorhídrico del estómago y otros fluidos que se encargan de que el proceso digestivo se lleve a cabo con éxito en nuestro organismo. Las malas prácticas que podamos realizar en cualquier parte del proceso, alterarán el buen funcionamiento del mismo y como consecuencia, tendremos una mala digestión.

Así, si elegimos alimentos poco saludables y cocinamos con grasas, abusando de los fritos, no masticamos bien o lo hacemos demasiado rápido, y comemos en exceso, seguramente vamos a desencadenar un problema digestivo, que se denomina dispepsia. La dispepsia no tiene una causa orgánica aparente y generalmente desaparece modificando nuestros hábitos alimentarios.

Consejos para evitar una mala digestión

Por tanto, para evitar el malestar que causa una mala digestión, lo primero que debemos hacer es analizar qué estamos comiendo, cuándo lo comemos y cómo lo estamos ingiriendo. Mofidicando estos tres aspectos fundamentales podemos resolver los efectos de la mala digestión.

1.   Qué tipo de alimentos comer. Una dieta rica en frutas y verduras, cereales y pan integral, pescado y carnes bajas en grasas es la ideal. Estos alimentos forman parte de la dieta mediterránea favorecen una buena nutrición. Aportan una buena cantidad de minerales y vitaminas, favorecen el tránsito intestinal y una digestión correcta. La forma de cocinarlos también es importante, de manera que elige la cocción y los asados al horno antes que los fritos.

2.   Cómo comer estos alimentos. Despacio y sin prisas, es el mejor consejo. Debemos comer y beber despacio y calmados, sin estrés. Como mínimo deberíamos destinar al menos 30 minutos para cada comida y evitar hacer una actividad física intensa después de ingerir alimentos. Cortar la comida en trozos pequeños y masticarlos como mínimo 20 veces ayudarán a que el estómago tenga que realizar un menor esfuerzo, por lo que la digestión será más fácil. Por último, antes de dormir debemos evitar las comidas copiosas y realizar cenas ligeras.

3.  A qué hora ingerir alimentos. La regularidad en los horarios es fundamental. Tenemos que procurar realizar las comidas a las mismas horas. Es mucho mejor comer menos cantidad y con mayor frecuencia, que más cantidad en menos comidas. Cinco o seis comidas al día será la cifra ideal que debemos marcarnos.

Si conseguimos seguir todos estos consejos y llevar una vida saludable, incluyendo la práctica deportiva con regularidad, poco a poco desaparecerán todos los efectos negativos de la mala digestión.

Elena Compte

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