Actualizado 27/07/2015 16:45

Trucos para la papilla de frutas de tu bebé

La papilla de frutas de tu bebé
Foto: THINKSTOCK Ampliar foto

Empezar a tomar papillas no sólo supone un cambio de dieta, sino también en la forma de deglutir: el bebé ha pasado de tomar leche mediante succión a comer papillas con cuchara, por eso, tenemos que tener paciencia y comprender que el pequeño necesita un tiempo de adaptación. Con las papillas de carne y verduras no suele haber problemas, sin embargo, conviene saber ciertos trucos para la papilla de fruta de tu bebé.

Así evitará que muestre disgusto y ninguna gana de tomársela. Debido al nuevo sabor, textura y temperatura (pasan de tomar alimento caliente a tomar un puré frío) que presentan las frutas en la dieta del bebé, es normal que éste rechace al principio las papillas con esta composición.

Los sabores nuevos de las papillas de fruta

Llantos, boca cerrada a cal y canto, arcadas... son algunos de los signos evidentes de que al bebé no le gustan las frutas. A pesar de que estos alimentos son esenciales para su crecimiento por los importantes nutrientes que aportan, son muchos los niños que se resisten a este cambio en su dieta. Y si lo pensamos bien, es normal que esto ocurra: la fruta presenta un sabor tan diferente a todo lo que el pequeño ha comido anteriormente que esta novedad les produce rechazo. ¿Acaso no nos ocurriría a nosotros algo parecido si nos introdujesen en nuestra dieta habitual un alimento que nunca ante habíamos probado y cuyo sabor y textura no son desconocidos? Por eso, para que el pequeño vaya asimilando mejor poco a poco la fruta, debemos echar mano de una serie de trucos para que esta etapa la supere con éxito.

Por ejemplo, para empezar, probemos con frutas suaves como el plátano, la pera o la manzana, ya que las muy ácidas pueden provocar el rechazo inmediato por parte del bebé. El sabor ácido necesita más tiempo para ser asimilado, ya que es muy fuerte. En el caso de las manzanas, es preferible que escojamos la variedad Golden, es decir, la amarillas, ya que son las más suaves y dulces, al contrario que las verdes y rojas, que tienen un sabor más ácido. Tengamos en cuenta que las papillas de frutas han de consumirse al poco de elaborarse, ya que estos alimentos se oxidan rápido y pierden su aporte vitamínico.

En cuanto a los niños un poco más mayores, de dos años, podemos aprovechar los colores de las frutas para llamar su atención y atraerle al consumo de éstas. Una macedonia bañada en zumo es una buena forma de prepararle una excelente dosis de vitaminas y nutrientes. Si todavía no asimila bien los sabores ácidos, podemos "suavizar" el consumo de fruta ofreciendo las piezas cortadas en taquitos y bañadas en yogur. Procuremos que las taquitos sean lo suficientemente pequeños como para que el niño no se atragante.

Papillas de frutas, un cóctel de vitaminas

Sin embargo, aunque la fruta suponga un aporte de vitaminas importante, tampoco tenemos que preocuparnos si nuestro hijo está sano y sigue una dieta variada con verduras, cereales, carnes y pescados y no soporta de momento la fruta. El no tomar fruta no le afectará a su crecimiento ni a su desarrollo, y mientras con paciencia le ofrecemos papillas de frutas, hagamos hincapié en los alimentos salados y ampliemos la variedad de éstos en su dieta. Al final, acostumbrado a la variedad de sabores y tomando fruta poquito a poco, el bebé terminará aceptando estos nutritivos alimentos y se acostumbrará a ellos.

Alergia a las frutas

Las frutas pueden ser causa de alergias para nuestro bebé, y por ello, debemos estar atentos a los síntomas que puedan surgir tras ser ingeridas. Dichos síntomas pueden ser:

- Vómitos, diarreas, dolor de tripa y retortijones.
- Aparición de urticaria, picor, enrojecimiento e, incluso eczemas.

Si tras haber dado de comer a nuestro bebé papilla de frutas y percibimos que no se encuentra bien sólo tendremos que buscar cualquiera de estos indicios para descubrir si su malestar se encuentra provocado por una alergia.

Una buena forma de descubrir si alguna fruta le provoca alergia consiste en cambiar las frutas que le damos a lo largo de la semana, de esta manera, podrás detectar si el bebé padece alguna alergia o intolerancia a determinada fruta en caso de reaccionar con los síntomas característicos tras haberlas consumido.

Por ello, si tras haber dado de comer a nuestro pequeño percibimos que el niño no se encuentra bien sólo tendremos que buscar cualquiera de estos indicios para descubrir si su malestar se encuentra provocado por una alergia.

Claves introducir las papillas de frutas en la dieta del bebé

- Ten paciencia, es la clave: tenemos que comprender al bebé y el gran cambio que supones para él en su dieta la introducción de los sabores de las frutas. Necesita adaptarse y no podemos forzar su ritmo.

- Una dieta variada en verduras le aportará las vitaminas y nutrientes que también tienen las frutas, y será un buen sustitutivo hasta que se acostumbre.

- Motívale con juegos, canciones y colores. Que se entretenga durante el tiempo de la comida es importante para que el momento de tomar la papilla de frutas no se convierta un "martirio" para él.

- No le des la papilla de frutas en biberón: siempre hay que hacerlo con cuchara. Debido a que la fruta contiene una alta cantidad de hidratos de carbono, si nuestro bebé toma de manera continuada la papilla en biberón, le pueden salir los dientes de leche con caries (conocidas como "caries del biberón").

- Endulzar las papillas de frutas es un buen truco para que nuestro hijo las acepte mejor. Para ello, podemos añadir cereales o yogures de inicio, cuyo sabor suele ser agradable para los bebés. También podemos probar a hacer una crema a base de yogur y frutas suaves como la pera, el plátano y la manzana. Si lo que queremos es endulzar las piezas de fruta, es preferible cocerlas a añadir azúcar.

Conchita Requero