Actualizado 07/08/2020 11:45

10 síntomas en niños que no debes pasar por alto

Estos síntomas pueden indicar que el niño padece algo grave
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Por mucho que los padres quieran, es imposible evitar que los niños enfermen. Aunque no sea plato de buen gusto ver a los más pequeños siendo el blanco de alguna afección, es algo que ocurre. Sin embargo los adultos pueden evitar que estos malestares vayan a peor si se tienen en cuenta algunos síntomas que indican que los menores están padeciendo un problema de salud serio.

Hay que prestar atención a estos síntomas para saber en qué momento se hace necesario acudir al médico ya que en algunas ocasiones los padres creen que estos pequeños malestares desaparecerán solos. En caso de detectar estos indicios se hace preciso acudir al médico para determinar qué es lo que le ocurre al niño y evitar que estos problemas vayan a más.

10 síntomas de posibles enfermedades en los niños

Para evitar que los niños puedan ir a más con determinadas afecciones, aquí te presentamos una serie de síntomas a los que debes atender para evitar que los posibles problemas de salud que presenten los más pequeños vayan a más.

1. Fiebre alta. Aunque unas décimas no supongan nada en niños de más edad, una temperatura superior a los 37 grados y medio en menores de 3 meses y de casi 38 en bebés de 3 a 6 meses es indicativo de que se precisa de atención médica urgente ya que podría ser el indicativo de una infección grave. En menores de 6 meses a 2 años, habrá que preocuparse cuando la fiebre alcance más de 38 grados.

2. Fiebre prolongada. En caso de que un niño con fiebre no haya reaccionado tras haber tomado ibuprofeno u otro medicamento para bajar la temperatura, es imprescindible acudir a un pediatra ya que este podría ser síntoma de que el menor padece una infección más grave de lo que se creía. Del mismo modo si el niño sigue experimentando fiebre en un periodo superior a cinco días, también es aconsejable que reciba atención médica cuanto antes.

3. Fiebre y dolor de cabeza. Separados estos síntomas pueden ser considerados menores, pero cuando una fiebre alta aparece acompañada de un fuerte dolor de cabeza puede ser indicativo de un problema grave de salud. Más aún si a la temperatura alta y las jaquecas se le suman erupciones con aspecto de puntos rojos, lo que podría significar que el niño sufra meningitis.

4. Erupciones. Hay que prestar atención a las erupciones que aparezcan en la piel del niño ya que su aspecto puede indicar que estamos ante una afección u otra. Por ejemplo si estas manchas presentan un anillo pálido en el centro, puede significar que estemos ante la enfermedad de Lyme. Si estas erupciones se asemejan a moratones sin explicación el problema podría ser circulatorio. En cualquier caso, lo mejor es acudir a un especialista.

5. Lunares. Hay que atender en los lunares en la piel de los niños, tanto en aquellos que presentaron al nacer y que pueden tornarse en un tumor maligno o los nuevos. Si los lunares antiguos han aumentado su tamaño o si han aparecido nuevos con mal aspecto, hay que acudir inmediatamente a un dermatólogo.

6. Dolor de estómago. Si el niño se queja de un dolor de estómago en la parte inferior derecha de este órgano y saltar de arriba abajo se convierte en algo insoportable para él, cuidado, podría ser síntoma de que el pequeño padece una apendicitis.

7. Dolor de cabeza y vómitos. Ambos síntomas juntos podrían ser la señal de que el más pequeño padece migrañas, por lo que lo más recomendable es acudir a un especialista para determinar el mejor tratamiento contra este problema que aunque no entraña riesgos, sí que es bastante molesto.

8. Menos orina. Una disminución en la cantidad de veces que el niño orina, sequedad en la boca y en la piel, diarrea prolongada. Todos estos síntomas pueden indicar que el pequeño está sufriendo deshidratación, por lo que lo mejor en estos casos es no dejarlo y acudir al especialista cuanto antes mejor.

9. Labios azules. Un tono azulado o una decoloración alrededor de la boca junto a jadeos o silbidos sordos pueden ser la señal de que los más pequeños estén padeciendo un problema respiratorio grave como asma, reacciones alérgicas o neumonías. En estos casos lo mejor es no posponer demasiado la visita a un especialista.

10. Sangrado excesivo. Si tras una caída o un golpe la herida del niño no deja de sangrar pese a haber aplicado los primeros auxilios correspondientes, lo mejor es acudir a urgencias para que se corte la hemorragia y que el niño sea sometido a estudios para comprobar si padece algún problema circulatorio. Si el sangrado es causa de una herida profunda hay que acudir al médico para que este aplique sutura en caso de que sea necesaria.

Damián Montero

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