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El tabaquismo es la adicción al tabaco provocada, principalmente, por uno de sus componentes activos, la nicotina, que produce dependencia física y psicológica, así como muchas otras enfermedades. De hecho, los efectos nocivos del tabaco son múltiples y muy perjudiciales, por lo que conviene entender bien el proceso de dependencia para establecer estrategías para dejar de fumar.
El proceso de dejar de fumar
El consumo de tabaco es la principal causa aislada de morbilidad y mortalidad prematuras prevenibles en los países desarrollados. La relación entre el consumo de tabaco y las principales enfermedades crónicas (enfermedades cardiovasculares, cáncer y enfermedades pulmonares crónicas, entre otras) está ampliamente demostrada.
Existen también evidencias sobre la reducción del riesgo de muerte por dichas enfermedades tras la cesación del hábito de fumar. Y la buena noticia es que el riesgo de muerte de los exfumadores es inferior al de los fumadores actuales, y casi se iguala al riesgo del no fumador al cabo de unos 10-15 años de abandono.
La exposición involuntaria al humo del tabaco -el tabaquismo pasivo- también está provocando un grave problema de salud pública. Esta exposición supone un riesgo considerable para la población no fumadora.
Motivación para dejar de fumar
Una tercera parte de los adultos que fuman realizan varios intentos hasta que lo consiguen. Más del 90% de estos intentos se llevan a cabo sin un tratamiento formal y de estos fumadores que dejan de fumar sin tratamiento, sólo entre un 3% y 5% se mantienen abstinentes al año.
La principal razón por la cual un fumador va a plantearse dejarlo es por motivos relacionados con su salud, aunque pueden existir otras motivaciones, como la económica, la presión social (en algunos países), el embarazo, etc . Dejar de fumar es más complicado de lo que hace unos años pensábamos y el proceso del abandono del tabaco conlleva un cambio en la conducta con respecto al mismo.
6 fases para dejar de fumar definitivamente
Actualmente, se considera que existen seis estadios en el cambio: preconternplación, contemplación, preparación, acción, mantenimiento y recaídas. Es interesante saber en qué situación nos encontramos para establecer la mejor estrategia:
Fase de precontemplación. El fumador no tiene intención de dejarlo en los próximos seis meses. En esta etapa valora más las supuestas ventajas que le aporta fumar que los riesgos que le supone seguir haciéndolo, en ocasiones debido a la falta de información, más allá de los tópicos, sobre los efectos nocivos del tabaco. El primer paso es informarse a ser posible por
un profesional.
Fase de contemplación. La mitad de los fumadores están en esta fase. Son personas que se plantearan dejar de fumar en los próximos seis meses y que generalmente han llevado a cabo varios intentos de abandono sin conseguirlo, por lo que sienten una gran frustración. Conocen los riesgos de fumar, pero no se deciden de forma definitiva a dejarlo.
Fase de preparación. El fumador se plante dejar de fumar en el próximo mes y está fuertemente decidido a hacerlo. En el balance personal de este fumador las posibles pérdidas en relación a la salud u otras superan a los supuestos beneficios del tabaco.
Fase de acción. El fumador abandona el hábito de fumar, deja de comprar tabaco y no fuma. Conviene plantearse objetivos realistas basados en la superación de la ansiedad generada por el hecho de dejar de fumar mediante ejercicio físico, distracciones y técnicas de relajación. Así como contar con el apoyo de familiares y amigos para que no fumen en su presencia
Fase de manteniento. Para afianzar su decisión de dejar de fumar y mantenerla, se puede contar con el apoyo de grupos de terapia de fumadores en centros acreditados.
Fase de recaídas. Muchas veces es necesaria la combinación de terapias psicológicas con fármacos de apoyo.
Dr. Román Rodríguez Barrigüete. Médico del trabajo de los Servicios Médicos de FCC.
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