Actualizado 22/06/2022 11:23

Cómo superar el estrés ante los exámenes

El estrés de los exámenes
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¿Llega el momento de presentarse a un examen y notas que tus hijos sienten miedo y angustia? Es normal y hay solución para ello. Pero es importante solucionarlo porque el estrés ante los exámenes constituye un grave problema, no solo por el elevado porcentaje de estudiantes que la padecen, sino también porque ejerce un efecto muy negativo sobre su rendimiento.

¿Cuántas veces no nos ocurrió en nuestra juventud que los nervios nos jugaron una mala pasada ante un examen? Ayudar a nuestros hijos a lidiar con el estrés propio de las semanas de exámenes es clave no solo para mejorar su rendimiento sino, sobre todo, su bienestar. Un número muy alto de alumnos que sufren fracaso escolar no tienen dificultades de aprendizaje o menores capacidades que el resto de sus compañeros, sino que sufren niveles muy elevados de ansiedad ante los exámenes que les impiden poder concentrarse y superar las pruebas.

Los efectos que la ansiedad tiene sobre el rendimiento son bastante claros y se producen fundamentalmente ante determinadas condiciones: cuando las instrucciones son amenazantes ("De este examen depende tu futuro", "si suspendes tendrás que repetir"), cuando hay presión de tiempo o cuando la tarea es compleja y requiere de un alto nivel de concentración. Entonces, ¿cómo sobrevivir a los exámenes?

Qué es la ansiedad

La ansiedad es una emoción, experimentada siempre como desagradable y negativa, que surge en una situación ante la que el individuo percibe una amenaza. La respuesta de ansiedad es automática e innata, pero aquellas cosas que son percibidas como amenazadoras son aprendidas por nuestras experiencias previas. Por eso, cada persona siente como amenazas situaciones distintas.

Cómo se manifiesta la ansiedad ante los exámenes

La ansiedad se manifiesta en tres planos diferentes:

1. En el cuerpo: mediante el aumento en la frecuencia cardiaca (taquicardia), el incremento de la frecuencia respiratoria, presencia de sudoración, tensión y temblores musculares, dificultad respiratoria, sequedad de la boca, dificultad para tragar y molestias gástricas, entre otros. A su vez, estos cambios fisiológicos pueden acarrear una serie de desórdenes psicofisiológicos transitorios, tales como dolores de cabeza, insomnio, náuseas, mareos, disfunción eréctil, contracturas musculares, disfunciones gástricas, etc.

2. En la mente: mediante sentimientos de malestar, preocupación, hipervigilancia, tensión, miedo, inseguridad, sensación de pérdida de control, dificultad para decidir, quedarse en blanco, presencia de pensamientos negativos sobre uno mismo o sobre nuestra actuación ante los otros, temor a que se den cuenta de nuestras debilidades, dificultades para pensar, estudiar, o concentrarse y percepción de fuertes cambios fisiológicos.

3. En el comportamiento: mediante hiperactividad, movimientos repetitivos, dificultades para la comunicación (tartamudez), elevado consumo de alimentos o sustancias (como café, tabaco o bebidas estimulantes), llanto, tensión en la expresión facial, presencia de respuestas de evitación de la situación que produce la ansiedad, morderse las uñas, etc.

¿Cómo pueden nuestros hijos afrontar el estrés ante los exámenes?

1. Tienen que adoptar unos hábitos de vida saludables, sobre todo en época de exámenes: tenemos que recomendarles que procuren dormir bien, que no dejen de hacer deporte (es bueno para ellos, aunque les "quite" tiempo de estudio) y cuidaremos especialmente su alimentación.

2. Deben utilizar una técnica eficaz en el estudio: debemos procurarles un lugar definido, cómodo, iluminado, de temperatura agradable; utiliza esquemas, resúmenes y repasos.

3. Tienen que estar motivados: tienen que saber por qué estudian, a qué aspiran y qué les aporta su formación como personas.

4. Tienen que trabajar la preparación mental: antes de comenzar con el estudio pueden utilizar la respiración profunda y la relajación muscular tensando y relajando diferentes grupos musculares. Por ejemplo, tensa la frente durante unos pocos segundos y a continuación relájala. Sentirán la sensación de relax que esto produce y aprende a identificar estados de tensión de los músculos para relajarlos inmediatamente.

Sofía Carriles. Psicóloga

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