La
adolescencia es una de las etapas más duras en el desarrollo de toda persona. Estos años marcan la transición entre la
niñez y la vida adulta, y son numerosos los cambios que se atraviesan. Un ejemplo de cómo se puede poner todo patas arribas para los jóvenes es la sensación de no pertenecer a un grupo de
amigos, sintiendo el rechazo constante por otros compañeros.