Hay muchas formas de ver la vida. Se puede pensar que todo irá bien, o se puede pensar que todo va a ir a mal. En ocasiones, un exceso de
optimismo puede derivar en desilusiones o en la toma de malas decisiones. Lo recomendable es ser
realista y aceptar que no todo puede salir siempre bien. Sin embargo, en ocasiones, se puede ir un paso más allá y lo que es aceptar lo que se presenta frente a los ojos, es en realidad
pesimismo.