Tener un hijo conlleva muchas responsabilidades, entre ellas la
económica. Y es que la crianza de los niños requiere de diversas inversiones: preparar la habitación, comprar ropa, los
libros de texto una vez que lleguen al colegio, así como las distintas actividades de ocio que se realizan con ellos. Y, por supuesto, estos gastos se han incrementado al igual que el reste de precios que han aumentado con la inflación.