Se pierde la noción del tiempo, los hábitos han cambiado y en casa nada es lo que era. El
coronavirus ha traído a los hogares un
confinamiento que ha alterado el día a día de todos en el hogar. Pero, por muy cuesta arriba que pueda parecer todo, hay que intentar mantener la cordura y no renunciar a una cierta normalidad dentro de los límites de esta situación.