Las
rutinas pueden ser tediosas y
aburridas, pero son necesarias ya que ayudan a que los hijos puedan organizarse y a controlar sus
horarios. Levantarse, desayunar, vestirse, ir al colegio, almorzar, reposar, deberes, etc. Es solo un ejemplo de lo que puede esperar a los más pequeños y que puede terminar en discusiones ya que estos prefieren una jornada más "flexiva"