Soy periodista por vocación y profesión. Sigo convencida de que la mía es una preciosa tarea, absolutamente indispensable para la sociedad. Enamorada como estoy de mi profesión, hace unos años me sorprendió la rotundidad con la que una de mis hijas, entonces de unos ocho años, aseguraba que ella, bajo ningún concepto, querría ser periodista.