La lectura es un invento de tan solo 6.000 años. Por este motivo, el sistema cognitivo humano ha evolucionado y se ha ido adaptado con los años para perfeccionar la habilidad lectora. Esto hace que no se logre naturalmente una inclinación biológica hacia la lectura como se da hacia el habla. Por ello, mientras más leemos, más pulimos esta habilidad.