Nadie prepara a los padres para ese
sentimiento de culpabilidad que surge cuando tienen que dejar a su bebé en manos de otra persona o centro porque han de irse a trabajar. El
apego que los niños sienten por sus padres cobra especial importancia en sus primeros años de vida y ellos temen que, debido a los quehaceres diarios, no puedan estar con sus hijos el tiempo necesario para que este surja con naturalidad.