No se puede obtener siempre lo que uno quiere. Sin embargo, esto es algo que no todos los
niños entienden y cuando no consiguen el
juguete que se les ha antojado o ir al lugar que deseaban visitar inician una
rabieta con la que pretenden hacer cambiar de opinión a sus padres. Una peculiar forma de canalizar su frustración por no haber obtenido este "premio" y reclamar la atención.