¿Te alegras ante los males que puedan sobrevenirle a los que triunfan? ¿Sientes tristeza cuando todos son valorados? ¿Tienes la impresión de que los demás no se dan cuenta de lo mucho que vales? ¿Te sientes mal cuando uno de tus compañeros obtiene un éxito brillante?
Mirar con malos ojos a los que nos rodean, sobre todo si destacan más que nosotros, es algo que puede sucederle a cualquiera. Pero este modo de actuar no suele ir solo, sino que se acompaña de otros sentimientos −indignación, hostilidad, resentimiento, cólera, etc.— que en nada nos favorecen. ¿Eres una de esas personas?
Contesta a las preguntas siguientes según sea la frecuencia con que te comportas de esa forma.

a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre a. Nunca
b. A veces
c. Con frecuencia
d. Casi siempre