Los cruceros más atractivos son los que discurren por los grandes ríos europeos: el Danubio, el Sena, el Duero, el Rin... Éste último reúne casi todo, grandes ciudades, fortalezas medievales, suntuosas residencias, tranquilas abadías, palacios barrocos, campos cubiertos de vides... Todo ello se agolpa en las orillas del Rin, tal vez el más romántico río europeo que atraviesa varios países y que se descubre en todo su esplendor a bordo de un crucero fluvial. Tiene la ventaja adicional de que la mayoría de los cruceros por el gran río comienzan o terminan en Ámsterdam y a un paso está Keukenhof y sus millones de flores esperando.