¡El inicio de las vacaciones escolares en casa es como abrir las puertas de una montaña rusa emocional para los padres! Mejor si nos lo imaginamos con un toque de humor... porque el caos que puede suponer tener a los niños en casa todo el día, con la apertura de la temporada de piscina, los innumerables cambios de ropa, las pilas de bañadores y toallas mojadas, el incremento de lavadoras, la tarea de hacer no solo cenas, sino comidas también para los niños... y el calor, el sofocante calor de julio, que nos agota a todos, niños cansados, planes que no se pueden hacer... el final de curso y el inicio del verano, momento en que se desordenan los horarios, puede suponer un incremento del estrés para los padres.