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ENTRE TÚ Y YO
Mónica de Aysa

Hacer fácil lo difícil

     

Hay mucha gente que piensa que el amor es un sentimiento. No es así. Es un deseo que va acompañado de sentimientos, unas veces positivos y agradables, y otras no. Podemos sentir alegría, tristeza, serenidad, intranquilidad, furia, enfado, desasosiego, paz, miedo, esperanza, decepción. Todos esos son sentimientos que acompañan nuestra vida.

La convivencia es preciso que suscite sentimientos positivos, emociones positivas, sino es difícil que dure. No solemos ser del todo conscientes de la importancia que tiene sentirse bien al lado de, vivir bien con y todos lo necesitamos. Gracias a los buenos hábitos, somos capaces de forjar un modo de hacer y de ser que nos permita hacer fácil lo difícil.

Crear hábitos para una convivencia agradable

Los hábitos pueden ser de estudio, de orden, de disciplina, intelectuales de muchos tipos. A nosotros, las personas casadas, nos interesan los hábitos amorosos. Necesitamos darle importancia a todo aquello que haga posible una convivencia agradable, tranquila, que genere sentimientos positivos, que apetezca encontrarse con el otro, estar con él, vivir con él, compartir. Cada uno sabe, o deberíamos saber, qué tenemos que desarrollar, qué hábitos tenemos que adquirir para que el otro viva bien a nuestro lado.

Momentos en pareja
Foto: THINKSTOCK 

Siempre me ha llamado la atención en el ejercicio de mi profesión cómo hay que enseñar a adquirir costumbres o modos de hacer que, si no se hubiesen casado con esa persona, no los necesitarían. Es el amor el que permite sacar de la personalidad aspectos nuevos que se adquieren a favor del otro. Podemos aspirar a una convivencia que nos suponga tal bienestar, que nos ayude a enfrentarnos a los problemas, a acometer proyectos personales ambiciosos, en los que los demás forman parte importante de nuestra vida porque nos interesan de verdad, porque el que sean felices es una de nuestras ilusiones y vivimos con esa motivación.


Las motivaciones son el motor de la vida y si compartimos marido y mujer alguna en común, la vida será más fácil.


El deseo de convivir aumentará también si:

Se evitan los obstáculos que evitan la comunicación: los silencios, la falta de cuidado, la crítica constante, la hostilidad, el egoísmo, la envidia.

Si se premian mutuamente con ayuda, atenciones, halagos, detalles que hagan la vida más cómoda.

Si se despiertan mutuamente emociones agradables: diversión, buen humor, ternura, optimismo, entusiasmo, seguridad, complicidad. Encontrar alguna actividad que nos guste tanto, que el tiempo se pasa sin darnos cuenta. Las parejas que lo han conseguido han encontrado un tesoro.

Mónica de Aysa. Master en matrimonio y sexualidad