Actualizado 30/05/2017 12:09

A la escuela en minishort

Ponerse un minishort es fácil, pero hacerlo del modo correcto, en el momento oportuno, ante las personas adecuadas y en el lugar propicio, eso no es tan fácil.

Comenzamos parafraseando a Aristóteles por no hacerlo con una pregunta más directa: ¿es adecuado que las chicas vayan a la escuela con esos minipantaloncitos que están tan de moda?

La misma cuestión se plantea un reportaje publicado este fin de semana en La Vanguardia, pues es un tema que está en la calle y afecta directamente a muchas familias con hijas adolescentes. "La preocupación hoy latente a la hora de analizar el significado de esta moda es -afirma Cristina Sen, la periodista que firma el reportaje- el de la hipersexualización, el acortamiento de la infancia, el ritmo de maduración de los jóvenes Esto no significa vincular en términos generales la moda de los minishorts a estos aspectos que analizan psicólogos y sociólogos, pero sí que da pie a plantear si todos sus usos son adecuados, lógicos, sanos".

Y parece que no lo son, porque nuestro cerebro no es libre para interpretar los estímulos que recibe. Es decir, que contemplar a una mujer vestida de manera sexy como un objeto sexual no es una degeneración del sujeto, sino más bien del objeto, o si se quiere, una degeneración del sujeto generada por el objeto. Porque parece que nuestros cerebros perciben a las mujeres sexys no como personas sino como objetos. Por lo menos eso es lo que pone de manifiesto un reciente trabajo publicado en la revista Psychological Science y firmado por Philippe Bernard y sus colaboradores de la Universidad Libre de Bruselas.

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