La
crianza de un niño implica estar atentos a diversos momentos para aprovechar la ocasión y enseñarles una lección. Un buen ejemplo es la llegada de un nuevo
hermano, o la visita de un pariente de edad similar o, en cualquier caso, de alguien que haga que sus padres no puedan ofrecerles toda la atención que están acostumbrados a recibir, surgiendo en los más pequeños unos sentimientos de
celos.