Con la llegada de la
Navidad, nuestros hijos, inmersos también en la cultura del consumismo, demandan muchos planes y caprichos: ir a ver todos los estrenos de cine, acudir al circo, al teatro, comprar toda clase de turrones y chucherías, pedir la última novedad a los
Reyes Magos... Son días de vacaciones y no se conforman con poco. Por ello, es muy positivo que pensemos lo que podemos hacer para educar a nuestros hijos en el verdadero valor de la Navidad.