El azúcar, por su facilidad para transformarse en grasa, cuando se ingiere y no se emplea como energía, se ha convertido en el nuevo caballo de batalla de la alimentación sana. La Organización Mundial de la Salud es rotunda en su último comunicado: debemos reducir el consumo azúcar a
seis cucharaditas diarias. Esto es fácil, si hablamos de la cantidad empleada en endulzar cafés e infusiones, pero muy complicado si se trata de calcular
cuánto azúcar consumimos a través de los alimentos.