Las pequeñas y no tan pequeñas contrariedades de la jornada son inevitables. Pero sí tenemos margen de maniobra en la manera en que las afrontamos. Es cuestión de resiliencia.
Dotar a nuestros hijos de las habilidades para capear el temporal cuando llega les hará vivir con mucha más paz todas esas contrariedades sobrevenidas.
No podemos controlar todo lo que pasa a nuestro alrededor, pero sí cómo nos tomamos todo lo que pasa a nuestro alrededor.
La clave está en mantener una mirada positiva y convertir las crisis en oportunidades de crecer. Hay que educar la frustración.
1 Si lo puedes resolver, actúa, si no, toca seguir.
Lo primero que hay que hacer cuando algo sale mal es ver si puede salir bien. Porque si no depende de nosotros, nos podemos ahorrar el enfado.
2 La mayoría de las veces, el mundo no va contra ti.
El victimismo es muy propio de la infancia y la adolescencia. Tenemos que enseñarles que las cosas malas simplemente pasan porque sí, no contra ellos.
3 El victimismo no ayuda a afrontar los problemas.
Porque si nos sentimos víctimas del sistema, del mundo, de la injusticia, nos quedamos paralizados y nos cuesta mucho más gestionar un plan alternativo.
4 Mejor nos fijamos en las muchas cosas buenas.
Sí, hemos tenido una contrariedad sobrevenida, pero también muchos pequeños regalos sorpresa. Si fijamos la atención en lo bueno, nos irá mejor.
5 Al mal tiempo, buena cara, aunque a veces cueste.
Buena cara en sentido literal, porque la actitud exterior y la interior van de la mano y si nos tomamos los contratiempos con buen talante, nos pesan la mitad.
6 Un contratiempo es siempre una buena lección de vida.
A lo mejor nos ha ayudado a ser más resilientes, a darle menos importancia a lo material, a trabajar la paciencia, a no quejarnos tanto. Nos hace mejores.
Recomendación literaria

Ataduras que liberan. Una guía para transformar nuestras relaciones y descubrir el verdadero yo
C. Terry Warner, Almudena Ligero Riaño
Este libro hace hincapié en esos sentimientos negativos que muchas veces afloran y que está en nuestras manos dominar.
Por fin se publica en español este libro que lleva varios años siendo enseñado, debatido y prestado a familiares, amigos y compañeros.
La vida puede ser bella y nuestras relaciones con los amigos, el cónyuge y los compañeros, tremendamente satisfactorias. Pero también pueden provocarnos dolor, frustración, ansiedad e ira. Todos conocemos la diferencia entre sentirse abierto, generoso y a gusto con la gente y estar receloso, tenso y a la defensiva.
¿Por qué razón nos quedamos atrapados en las emociones negativas, si está claro que la vida es mucho más plena y rica cuando nos libramos de ellas? Ataduras que liberan es un libro que aporta soluciones para las emociones conflictivas abordando el problema de raíz. Aprenderás que todos somos responsables de sentimientos como la ira, la envidia y la inseguridad, de los que solemos culpar a los demás.
Aunque nos dé miedo admitirlo, en realidad se trata de una buena noticia. Si somos nosotros los que producimos dichas emociones, detener-las está en nuestra mano.
«Quiero aprovechar esta oportunidad para decirle a todo el mundo que en este libro encontrarán una clave indispensable para el crecimiento personal y para conseguir unas relaciones verdaderamente satisfactorias. Me ha inspirado mucho su mensaje». STEPHEN R. COVEY, autor de Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas
María Solano Altaba
Directora de Hacer Familia
Profesora de la Universidad CEU San Pablo