Llegó la gran noche del Adviento. Llegó la Navidad. Que esta noche sepamos vivir el verdadero sentido de esa Navidad que significa la puerta abierta a la salvación porque Dios nos envió a su hijo, Jesús.
Y para vivirlo en familia, qué mejor manera que emular a la Sagrada Familia, que no lo tuvo fácil, en su camino a Belén, en esa noche aciaga en la que no encontraron posada, en ese agobio que seguro que tendría José por adecentar el portal y en esa inmensa alegría que borró todo dolor al nacer Jesús.
Sí, hoy podemos imitar la Sagrada Familia en el seno de nuestra pequeña familia, inmersa en el siglo XXI, con sus condicionantes, con sus dificultades y con todas sus oportunidades.
Te dejamos algunas ideas para que esta Navidad sea aún más especial.
1 Que sepamos centrar la mirada en lo importante.
Como María y José, que no se quejaron de las circunstancias tan complicadas sino que se ocuparon de Jesús.
2 Que no nos quejemos de las contrariedades.
Ni un ‘ay’ por tener que ir de Nazaret a Belén y no encontrar posada. Prepararon el portal y lo llenaron de alegría.
3 Que confiemos con esperanza en lo que Dios quiere.
Vieron que lo que Dios quería para ellos era bueno aunque rompía sus planes. Confiemos más en los planes de Dios.
4 Que hagamos de la austeridad signo de nuestro hogar alegre.
Con un poco de paja limpia en un pesebre abandonado, supieron hacer del portal un hogar luminoso y alegre.
5 Que sepamos agradecer los dones gratuitos recibidos.
Aquel pastor trajo queso, el otro un poco de pan, los Reyes oro, incienso y mirra, y María y José, siempre agradecidos.
6 Que pongamos la vista en el cielo y no sólo en la tierra.
La clave de nuestra familia tiene que estar en el cielo para poder entender todas esas contrariedades de la tierra.