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5 consejos para liberar espacio en casa y cuidar el planeta

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Vivimos en una sociedad consumista en donde se nos induce a pensar que las cosas materiales nos darán la felicidad, o por lo menos una buena parte de ella. Y ese apego a lo material tiene que ver también con el modo en que funciona nuestro cerebro: valoramos más aquellos objetos que consideramos nuestros y construimos una parte de nuestra identidad a través de lo que poseemos.

Esta ansiedad de poseer es muy peligrosa, tanto a nivel individual como para el planeta, que se ve explotado en todos sus recursos para cumplir con una producción inutil y extenuante. Sin embargo, vivir en un ambiente despejado y ordenado tiene enormes beneficios para nuestra mente y además reporta numerosas consecuencias positivas para el planeta.

¿Por qué tenemos tendencia a acumular objetos en casa?

Deshacernos de ciertos objetos que consideramos que igual nos pueden hacer falta en un futuro nos genera ansiedad y cierto miedo. «En muchas ocasiones, guardamos y acumulamos objetos por el famoso «por si acaso»,  explica la psicóloga Haizea Gomez de Mundopsicólogos. Solamente tenemos que fijarnos en todo lo que acumulamos la mayoría en los trasteros; éstos, en muchos casos, se convierten en auténticos almacenes de todo tipo de objetos que no utilizamos hasta que un día decidimos hacer una limpieza radical, o nos toca hacer una mudanza. De aquí viene la típica frase que dice: «no sabes lo que tienes hasta que te mudas».

«El apego y el valor emocional que le damos a un objeto concreto, a menudo, es lo que nos impide deshacernos de él, aunque sepamos que nunca lo vamos a utilizar y que está ocupando un espacio que podría estar vacío o ser ocupado por otras cosas más útiles. Parémonos a pensar… Cuando deseamos algo, antes de ni siquiera haberlo comprado nuestro cuerpo y nuestra mente ya genera un sufrimiento por el hecho de no poder tenerlo, por el deseo de quererlo. Una vez tengamos ese objeto, esa felicidad puntual que se genera en el momento de comprarlo, se transforma en sufrimiento por miedo a perderlo, ya que cuando el objeto desaparece la mente sufre un gran dolor», explica esta psicóloga.

Las distintas formas de apegarse a los objetos, como la vinculación emocional, los apegos al pasado o el miedo a la escasez, además, nos dificulta el poder deshacernos de ellos con facilidad. «Me lo regalaron», «es que me costó mucho dinero», «a lo mejor algún día lo necesito»… son algunas de las muchas frases que nos decimos cuando pensamos en si deshacernos de ese objeto. Ante esto, aparecen distintos sentimientos, el ego y los miedos hablan y el objeto se queda.

De acumulador a minimalista

¿Qué puede impulsarnos a un cambio tan radical? Lo que más impulsa a las personas a hacer un cambio de este tipo es el estrés y el caos mental que les genera tener y acumular tantas cosas. La mayoría de nosotros vivimos en pisos modestos y si almacenamos todo lo que nos regalan, todo lo que compramos… llegará un momento en el que nuestra vivienda esté abarrotada por muchos objetos que no necesitamos ni utilizamos.

Acumular tantas cosas está relacionado directamente con el desorden y con el caos. Y si hay caos y desorden en nuestro mundo externo, también lo habrá en nuestro mundo interno. «He visto pacientes que cuando han empezado a desapegarse de los objetos se han encontrado tan bien que eso es lo que les ha llevado a adoptar otra filosofía de vida», asegura la psicóloga Haizea Gomez

Eliminar lo que estorba

¿Qué beneficios puede traer a nuestra vida?

– Menos estrés. Visualizar el desorden a simple vista puede provocar hartazgo, un aumento del estrés y provocar una mayor sensación de cansancio, lo que favorece a la frustración y el enfado.

– Mayor ahorro económico. El decluttering te ayuda a pasar menos tiempo comprando posesiones materiales u objetos duplicados porque el desorden no ha permitido ver que ya los tenías. Esto implica evitar gastos y te ayudará a acumular ahorros para mantenerte protegido en caso de imprevistos.

– Invertir menos tiempo limpiando. Si eliminas aquello que te estorba y tienes una filosofía más minimalista, podrás limpiar tu casa más rápido y con menos esfuerzo y dedicar más tiempo a tu tiempo de ocio.

– Disminuye los alérgenos. Con objetos por todos lados, es muy fácil que el moho, el pelo de mascotas y el polvo infecten los espacios, convirtiéndolos en un refugio para alérgenos.

– Mayor creatividad. Los espacios ordenados permiten una concentración mayor. Mantener un espacio ordenado hace que puedas aprovechar mejor cada uno de sus rincones y produce menos distracciones. Esto te ayudarán a activar la mente y a desarrollar también tu capacidad para solucionar problemas.

– Mayor confianza con uno mismo. Muchas de las cosas que acumulamos y no usamos tienen un valor sentimental y personal, que nos hacen sentir mejor, te representan a ti y a tu estatus y mejoran la autoestima. Si haces decluttering, dejas de definirte por lo que tienes y lo que se externaliza es lo que haces y quien eres. Estás obligado a presentar tu verdadero ‘yo’ al mundo y esto, a su vez, crea confianza en ti mismo, puesto que no te escondes y te amparas en unos simples objetos.

5 consejos para liberar espacio en casa y cuidar el planeta

1. Haz listas de las cosas que necesitas. Hacer listas ayuda a saber cuáles son las cosas con las que podrías vivir sin necesitar nada más, es un gran primer paso para identificar lo que sobra y evitar seguir comprando.

2. La caja de los quizá. Coloca las cosas de las que estés pensando deshacerte en una caja durante una semana. Es un compromiso más asumible que tirarlas directamente y te da tiempo para darte cuenta de si las necesitas o no. Regalarlas a quienes las necesiten puede que sea la mejor opción.

3. No salgas de compras como actividad de ocio. Sal de compras si de verdad necesitas algo. ¿Realmente estás buscando una camiseta nueva o estás buscando lo que sientes cuando estrenas una camiseta?

4. Dentro lo nuevo, fuera lo viejo. Siempre que metas algo nuevo en casa, deshazte de algo viejo.5. Ten paciencia, no vas a poder hacerlo todo en una tarde. Dedícale al tema una hora o dos como mucho, y cuando tengas un rato y ganas, vuelves a ponerte a ello.

¿Existe una patología inversa?

En la otra cara de la moneda, hay quien no tiene ningún tipo de apego a los objetos. «Sí, también hay personas que no se apegan a nada, que lo tiran prácticamente todo. Esto sería el extremo opuesto de las personas que se apegan a todos los objetos. ¡Y como ya sabemos los extremos nunca son buenos! No tener ningún tipo de apego a los objetos puede hacernos no valorar las cosas que conseguimos o que compramos ni las cosas que nos regalan con todo su cariño nuestros seres queridos. Además, diría que en general las personas que no tienen ningún tipo de apego a los objetos son personas frías emocionalmente y que suelen tener carencias emocionales en su vida», afirma Haizea Gómez.

«Por lo tanto, también sería interesante realizar un proceso terapéutico para ver de dónde viene esto, qué relaciones han ido construyendo a lo largo de su vida (especialmente en su infancia con sus cuidadores principales) y las repercusiones que todo esto tiene a día de hoy en su estado emocional», concluye esta psicóloga.

Marina Berrio
Asesoramiento: Haizea Gómez, psicóloga de Mundopsicologos.com

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