Actualizado 22/06/2022 12:11

Los tips verdes de la AEP para proteger a los niños del tabaco

Los tips verdes de La AEP frente al riesgo del tabaquismo pasivo
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Muchos padres fumadores intentan proteger a sus hijos del humo del tabaco con medidas poco efectivas, quizás porque desconocen que no basta con fumar con la puerta cerrada de la cocina, la ventana abierta o en la terraza. Por este motivo, la AEP, Asociación Española de Pediatría, ha inciiado una campaña para una casa y un coche libre de humos con motivo del Día Mundial Sin Tabaco.

Aunque el número de fumadores ha descendido desde la puesta en marcha de la ley antitabaco, todavía "en España, la mitad de los niños vive en entornos con presencia del humo ambiental de tabaco, una fuente más nociva que muchos de los contaminantes del aire juntos", asegura el doctor Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la AEP.

Por este motivo, los pediatras insisten en que no se debe fumar en ninguna estancia de la casa ni en el vehículo, incluso cuando los niños no están presentes. La principal razón es que "el humo es muy ubicuo y persistente debido a que pesa más que el aire y las partículas se quedan impregnadas en las superficies, de forma que son inhaladas posteriormente por los niños", explica el doctor Ortega.

El humo de segunda mano es más perjudicial

¿Sabías que el humo de segunda mano -es decir, el humo ambiental formado por la mezcla del humo exhalado por los padres fumadores y el humo que proviene de la combustión de la brasa del cigarrillo- es de peor calidad que el que inhala el propio fumador?

Si no quieres que tus hijos sean fumadores pasivos no fumes en su entorno. Y es que al tratarse de una combustión lenta en este humo de segunda mano se concentra un número de sustancias químicas mucho mayor que solamente en la corriente principal. En total, contiene 4.000 sustancias químicas, y más de 40 de ellas cancerígenas. Este humo es una causa de cáncer en personas no fumadoras e incrementa y se asocia con multitud de enfermedades en la infancia.

El humo de tercera mano es todavía más tóxico para los niños

El humo de tercera mano es incluso peor porque es aquel que proviene de la combustión de la brasa del cigarrillo. "Este humo se caracteriza por una alta concentración de partículas y gases que pesan más que el aire que se concentran por debajo del metro de altura y, por tanto, son más tóxicas para los niños y se acaban adhiriendo a objetos con los que juegan o tocan: muebles, cortinas, alfombra, coche...*, explica el doctor Ortega. A través del contacto, los niños pueden estar expuestos a muchos de los compuestos químicos del tabaco, ya que pueden llevarse las manos a la boca.

Recomendaciones de los pediatras de la AEP

La primera, e ideal, es dejar de fumar, pero si no lo hacen, piden que se tenga especial cuidado y se evite fumar en el interior del vehículo o del hogar, incluso aunque los niños no estén presentes. Lo menos perjudicial es que se fume en la calle y, si se tiene bata o ropa de fumador, es necesario quitársela al entrar en el hogar o en el vehículo y lavarse las manos. "Modalidades de tabaco como pueden ser cachimbas y cigarrillos electrónicos son igualmente nocivas y, por tanto, tampoco se deben fumar en entornos cerrados", advierte el doctor Ortega.

Día Mundial Sin Tabaco. Los 4 mejores 'tips verdes' para la prevención 

Tal y como indica la OMS en su lema para el Día Mundial Sin Tabaco 2018, "Tabaco y cardiopatías", entre los problemas de salud de los niños derivados del humo ambiental del tabaco no solo se encuentran las enfermedades respiratorias como asma o rinitis, sino que también destacan las alteraciones del perfil lipídico, relacionadas con las enfermedades cardiovasculares.

Debido a que las enfermedades cardiovasculares se asocian generalmente al adulto, el riesgo cardiovascular comienza en los primeros diez años de vida. Por eso, el coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la AEP ha establecido 4 tips verdes para proteger a los niños:

1. Prevención durante el embarazo y el primer año de vida. Evitar la exposición activa y pasiva al humo del tabaco.

2. Centrar esfuerzos en los 3 y 5 años, ya que es en ese periodo cuando empiezan a desarrollarse las placas de ateroma, es decir, la formación de grasa en el vaso sanguíneo que puede causar el cierre de las arterias. 

3. Fomentar una alimentación infantil saludable desde el nacimiento.

4. Desarrollar un hábito de actividad física en los niños desde edades tempranas.

En esta línea, la doctora María José Mellado, presidenta de la AEP, recuerda que "los niños son particularmente vulnerables a los efectos del humo, ya que por su altura están más expuestos a los contaminantes y respiran más veces por minuto que un adulto", a la vez que indica la responsabilidad de los adultos de velar por su protección y prevención de enfermedades. "Los pediatras también tenemos que jugar un papel relevante en la batalla frente a la exposición de los menores al tabaco y su humo, dando a los padres los consejos pertinentes para que sus hijos se vean lo menos expuestos posible a estas sustancia nocivas", asegura.

Campaña 'Hogares y autos sin humo': #AdiósTabaco

Entre las acciones que se llevarán a cabo, los pediatras podrán entregar un certificado en las consultas que los padres tendrán que firmar delante del niño para prometer mantener el hogar y el vehículo libres de humo. "Además, tendrán que colgar este documento en un lugar visible para sensibilizar a los padres del peligro que este hábito supone para la salud de sus hijos y recordarles el compromiso que han adquirido", apunta el doctor Ortega. Junto a este certificado, se entregará una serie de recomendaciones y un kit 'sin malos humos'. El doctor Ortega estima que esta campaña hará "uno de cada 10 padres" deje de fumar. 

Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: doctor Juan Antonio Ortega, coordinador del Comité de Salud Medioambiental de la AEP.

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