A veces los llevamos a un campamento de verano con plena convicción. Otras, sólo porque no tenemos manera de organizarlos. También para que no estén todo el día tirados.
Lo cierto es que los campamentos de verano permiten ganar a nuestros hijos en algunas virtudes que, protegidos y resguardados en su cómodo día a día, no logran desarrollar en plenitud.
1. Aprenden a hacer amigos fuera del entorno conocido.
Y les viene fenomenal porque así salen de su zona de confort, vencen el reparo que les produce acercarse a desconocidos y desarrollan sus habilidades sociales.
2. Conocen gente distinta de la de su pequeña burbuja.
Aunque lo intentemos evitar, siempre tenemos a los hijos en una burbuja de cristal controlada y nos cuesta lograr que conozcan otras realidades, otras vidas.
3. Ganan en autonomía, en confianza y autoestima.
Como no estamos allí para resolver nada, se tienen que sacar las castañas del fuego y, cuando lo logran, se dan cuenta de que son capaces, crecen y se valoran más.
4. Disfrutan al aire libre sin pantallas de por medio.
Y disfrutan tanto que en ningún momento echan de menos las pantallas. Esos recuerdos les ayudarán a controlar mejor el abuso en su día a día en invierno.
5. Se pasan el día hablando con gente de carne y hueso.
Aquí todo es cara a cara, no hay un “screen to screen” que permita meter filtros, esconderse, mentir, fingir ser otro… La autenticidad es un valor imprescindible.
6. Se cansan, pero con otro cansancio: uno divertido.
Descansar no significa no hacer nada sino hacer algo distinto de lo que hacen habitualmente. Y todas las actividades que tienen los llenan y los completan.
7. Aprenden a no protestar, a obedecer y a disfrutar.
Baños compartidos, comida de batalla, madrugones, mosquitos, ronquidos, caos de ropa… Sobrellevar esas incomodidades les ayuda a fijarse en lo que importa.
8. Valoran más su casa y a su maravillosa familia.
Y cuando vuelven, aunque echan de menos lo bien que se lo han pasado, se dan más cuenta de lo que hacemos por ellos porque, como en casa, en ningún sitio.