Gema, Sara, Jorge y Verónica. Son los nombres de algunas de las personitas ejemplares que hoy protagonizan estas líneas. Alguno de ellos ya no está aquí para leerlas. Pero no importa. Todos ellos son o fueron seres excepcionales y ninguna historia excepcional debería caer en el olvido, sobre todo cuando aún no hemos dado suficientes gracias por su ejemplo. Sin embargo, a veces los más pequeños nos dan lecciones de vida y muestran una capacidad sorprendente para afrontar el sufrimiento ocasionado por la falta de salud con aparente bienestar. Eso al menos es lo que parece. Pero ¿es cierto que lo consiguen o sólo es lo que queremos creer? Y si es cierto ¿cómo lo hacen? ¿No deberíamos todos aprender de ellos?