Cuidar de la
salud de los hijos es una de las mayores preocupaciones de los padres. Sin embargo, este bienestar va más allá de la prevención de problemas comunes como pueden ser el resfriado u otras afecciones. Un ejemplo son los
trastornos alimenticios, que pueden ser graves no solo a nivel físico, sino también en lo que al equilibrio mental se refiere. Anorexia, bulimia u
obesidad son algunos ejemplos conocidos.