Actualizado 27/07/2015 16:44

La obesidad aumenta el riesgo de asma infantil

La obesidad provoca el asma infantil
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La obesidad infantil y el asma son problemas de salud pública y recientes estudios han demostrado la relación entre estas dos enfermedades. Doscientos millones de adultos y niños en todo el mundo se ven afectados por el asma. Parte del aumento de niños que padecen asma a finales del siglo XX podría atribuirse al incremento del índice de masa corporal (IMC) en la infancia.

El asma es una enfermedad crónica del sistema respiratorio causado por la inflamación de las vías respiratorias. Las causas exactas que provocan el asma no se conocen aun, pero los expertos creen que la obesidad supone un gran desencadenante. La probabilidad de que un niño con obesidad desarrolle asma es de un 50 por ciento.

La relación de la obesidad infantil con el asma

La investigación dirigida por Raquel Granell, de la Universidad de Bristol, Reino Unido, proporciona la evidencia genética de que un mayor índice de masa corporal eleva el riesgo de padecer asma en la infancia. Los investigadores analizaron los efectos causales de la IMC, la masa grasa y la masa magra en niños que padecían asma en edades entre 7 y 8 años. Gracias a la investigación, pudieron llegar a la conclusión de que un índice de masa corporal más alto de lo normal supone un aumento en el riesgo de asma en la infancia y que el riesgo relativo de padecer asma aumenta en un 55 por ciento por cada unidad extra de índice de masa corporal. Asimismo, para evitar el aumento global del asma convendría intervenir de forma directa contra la obesidad infantil.

Hábitos para reducir la obesidad infantil

- Fomenta una alimentación sana y adecuada a las necesidades de los niños según su edad y sexo.

- Contra la sed lo mejor es el agua, los refrescos contienen altos contenidos en azúcares y son un fuerte causante de la obesidad infantil.

- Promueve juegos activos alejándoles del ocio más sedentario.

- Evita los alimentos ricos en azúcares y grasas para premiar a los niños.

- Proporciona un desayuno equilibrado: un lácteo, cereales y alguna pieza de fruta natural.

- Elimina de tu lista de la compra ciertos alimentos como los refrescos, zumos no naturales, bollería industrial y embutidos con alto contenido graso.

Noelia de Santiago Monteserín

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