Actualizado 07/08/2020 16:17

Métodos para enseñar a dormir a tu bebé

Enseña a dormir a tu bebé
ISTOCK

Aprender a dormir desde edades tempranas tiene repercusiones importantes en el desarrollo integral del niño. Existen varios métodos creados por especialistas para ayudarnos a conseguir una buena rutina del sueño. Los más relevantes y diferentes entre sí podrían ser los propuestos por los pediatras Eduard Estivill -recogido en su libro Duérmete niño- y Carlos González -que explica en su obra Bésame mucho-.

Conocer ambos métodos nos puede favorecer y enriquecer porque nos supondrá tener más herramientas para poder resolver cualquier situación que nos pueda suceder con el hábito del sueño de nuestros hijos.Estivill aboga por que los padres acuesten al bebé en su cuna y acudan a intervalos regulares al lado del niño cuando llore para enseñarle a dormir solo. Según este método, si dormimos a los hijos en brazos y meciéndoles asociarán esos elementos a la rutina del sueño y cuando se despierten por la noche, lo reclamarán.

Recomienda que la rutina del sueño se pueda realizar en un lugar diferente a donde duerma el niño y que se realicen una serie de actividades que ayuden al niño a comprender que se acerca el momento de dormir: puede ser un cuento, unas canciones, etc. Posteriormente, se le deja en la habitación, se despiden de él y los padres deben irse de la habitación del niño cuando esté aún despierto para que concilie el sueño sin ellos.Por el contrario, González defiende el colecho como la mejor opción para el descanso de toda la familia. Dormir con sus padres se extenderá hasta que el niño deje de necesitarlo por sí mismo.

González defiende que los niños se sienten acompañados y sus necesidades satisfechas. Cuando el niño se despierta, normalmente se vuelve a dormir al notar la presencia de sus padres porque la seguridad de que sus padres están con ellos. Este método recomienda que exista mucho contacto físico y por lo tanto, se anima a los padres a que puedan coger al niño por la noche las veces que sean necesarias. Es un método más flexible y no requiere una rutina marcada como en el anterior.

Ambos métodos pueden ser válidos para adquirir un buen hábito del sueño, pero los padres tienen que tener en cuenta que lo más importante no es el método que se use, sino que ante las dificultades que se puedan presentar a la hora de dormir a los hijos, se pueda ir poniendo solución, la que crean ellos más adecuada, para que vayan teniendo herramientas para ir aprendiendo a dormir.

No se debe olvidar que cada niño es diferente y los padres son los que mejor le conocen. Eso permitirá tomar las decisiones más adecuadas para ellos. Como padres se debe transmitir tranquilidad y seguridad en lo que se está haciendo. Hay que creer en cómo se hacen las cosas, tener confianza en nosotros mismos y hacer aquello con lo que nos sintamos más seguros. Esta es la mejor receta para educar a nuestros hijos.