Actualizado 29/09/2015 09:39

Los bebés se sienten atraídos por objetos que desafían sus expectativas

Bebé juguete
Foto: THINKSTOCK Ampliar foto

Una pulsera, el collar de mamá, la luz del móvil, juguetes con colores llamativos. Son cosas que llaman mucho la atención a los bebés. De hecho, cualquier persona que haya estado con un pequeño habrá notado cómo se anima y presta atención si se le enseña algo insólito o sorprendente. La razón la acaba de desvelar un estudio: los bebés están "programados" para fijarse en lo inesperado, sintiéndose atraídos por objetos que desafían sus expectativas.

Según un nuevo estudio publicado en la revista Science y elaborado por investigadores de la Universidad Johns Hopkins (Baltimore, Estados Unidos), los bebés investigan

objetos que desafían su lógica y, de este modo, aprenden el modo en que funciona su entorno físico, según relatan en Scientific American, que se han hecho eco de la investigación.

Juguetes y bebés

El estudio analizó a un grupo de 110 bebés durante 11 meses. Los investigadores presentaron a un grupo de los bebé un juguete desconcertante: atravesaba la pared, desafiaba la gravedad o aparecía en un lugar inesperado. Mientras tanto, ponían a otros bebés frente a juguetes con funcionamiento normal. Tras esto, los autores del estudio mostraron a todos los niños un objeto nuevo al mismo tiempo que hacían notar a los bebés que el objeto que habían visto antes hacía ruido.

"Ante ambos juguetes, los bebés que habían observado previamente el muñeco normal se entretuvieron por igual con los dos. En cambio, aquellos que vieron que el primero realizaba movimientos extraños prestaron más atención a este y desdeñaron el nuevo", explican en la revista.

Estudio con bebés y objetos llamativos

Tras esta primera fase, en la segunda parte del estudio los niños estuvieron jugando con objetos que parecían ir contra la lógica. En esta ocasión, los investigadores pudieron observar que los pequeños que habían tenido contacto con el muñeco que parecía atravesar la pared daban golpes con él sobre la mesa, mientras que aquellos que habían visto juguetes desafiando la gravedad lo dejaban caer al suelo.

Es decir, los niños estaban buscando en estos nuevos objetos las propiedades que habían podido observar (y aprender) durante la primera fase del trabajo de estos investigadores norteamericanos.

Con estos hallazgos, los investigadores explican en sus conclusiones que los bebés son capaces de elaborar pronósticos sobre el mundo y que saben utilizarlos para guiar su conducta. Asimismo, las conclusiones del estudio muestran cómo aprenden los bebés.

Aunque los objetos del mundo real no suelen desafiar la gravedad, la investigadora principal del trabajo, Aimée Stahl,  sospecha que los bebés también aprenden de los acontecimientos inesperados más habituales y son capaces de percibir cambios en la rutina o escuchar frases nuevas. Esta hipótesis será investigada en futuros trabajos para comprobar cómo sucesos improbables como estos influyen en el aprendizaje de los bebés.

Ángela R. Bonachera

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