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Primeros auxilios en bebés

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Los bebés, desde que nacen, dependen totalmente de los adultos. Conforme van creciendo y aprenden a gatear, van adquiriendo mayor movilidad. Además, todo les llama la atención, el mundo que les rodea se convierte en un reclamo constante para ellos y es fácil que, si no estamos atentos o no tomamos precauciones, un accidente ocurra.

Además, como no pueden comunicarse con nosotros, debemos estar pendientes a una serie de síntomas que pueden presentarse en nuestro bebé, y que deberemos saber identificar y conocer cómo actuar aplicando una serie de primeros auxilios en niños o en los bebés.

Deshidratación

Irritabilidad, falta de apetito, pérdida de peso, orinar menos de lo habitual, latidos del corazón acelerados, boca seca, sed (que muestran llorando, estando irritables y ansiosos de tomar cuando se les ofrece algo), ojos hundidos, piel menos elástica de lo habitual y la parte blanda de la cabeza (fontanelas) se ve hundida.

¿Qué hacer? Debes darle líquidos para reemplazar los que pierde por el vómito y la diarrea.

Atragantamiento

Cuando un niño sufre un atragantamiento con un cuerpo extraño, pero puede toser, llorar o hablar, lo mejor es dejar que sus propios mecanismos reflejos se encarguen de eliminar la obstrucción. Pero cuando es incapaz de emitir sonidos, notas que el llanto es entrecortado y su cara comienza a enrojecer o incluso a amoratarse, incapaz de expulsarlo solo, será necesario aplicar medidas de primeros auxilios.

Estreñimiento

¿Qué observar? Valora la disminución en la frecuencia de las deposiciones y su consistencia, que será más dura de lo habitual y le producirá molestias o dolor.

¿Qué hacer? Si el bebé tiene una crisis de dolor, hay que relajarle e tranquilizarle con masajes abdominales y ejercicios con sus piernecitas.

¿Puedo estimularle? Si está muy intranquilo e irritable, y no ha hecho caca en uno o dos días, puedes estimular la deposición, aunque no es aconsejable abusar de ella, ya que el intestino se puede volver vago y acostumbrarse. Hay que hacerlo con precaución y como último remedio, y nunca usar laxantes o enemas sin consultar al pediatra.

Cólico del lactante

¿Qué es? Es un llanto repentino y exagerado, sin motivo aparente y que se repite de forma cíclica, principalmente en las horas de la tarde.

Consejo: dado que se repite más o menos a las mismas horas, podéis anticiparos al problema, por ejemplo, sacándolo a pasear en el cochecito un rato antes, para que posiblemente pase el momento crítico dormido.

Siempre debéis descartar otras causas del llanto y tener serenidad y paciencia ante el episodio.

¿Qué hacer? Podéis aplicarle técnicas de relajación, como colocar al bebé boca abajo sobre una toalla caliente o manta eléctrica; realizarle masajes abdominales; mantenerlo en cuclillas un ratito; cambiarlo de posición frecuentemente; pasearlo con la cara y el cuerpo sobre vuestro brazo y con la mano bajo el abdomen aplicando presión; envolverlo firmemente, pero con suavidad, en una manta ligera; colocarle en una mecedora, o colocar cerca de la cuna móviles acústicos con música suave.

Intoxicaciones

Importante. Conocer las tres ‘Ces’: Cuál es el tóxico, Cantidad ingerida y Cuándo se produjo la ingesta. Es aconsejable que tengáis el teléfono del Instituto de Toxicología de Madrid (915620420) apuntado en la agenda y en la puerta del botiquín.

Prevenir. El mejor preventivo es no dejar nunca medicamentos o productos tóxicos al alcance del bebé.
Nunca debéis provocar el vómito al niño.

Picaduras o mordeduras

Medusas e insectos: ponerle hielo, extraer el aguijón (no con pinzas), lavarle con agua y jabón, y cubrir con una gasa fría.

Serpientes: mantener quieto al niño, con la zona afectada por debajo del corazón para que el veneno no llegue hasta allí. Llevarle al hospital para su desinfección, junto con su historial de vacunación.

Debéis recordar que la mordedura humana es la más infecciosa y debe tratarse incluso con mayor precaución y vigilancia que la de un animal.

Para pensar

– Cuando te receten un medicamento, es muy importante administrarlo correctamente: seguir las instrucciones del médico, leer el prospecto con atención, dar la dosis exacta que se ha prescrito y ser rigurosos en las tomas y tiempos (ni más ni menos que los prescritos por el pediatra).

– Ante una emergencia o un pequeño susto, lo más importante es mantener la calma y actuar con firmeza y rapidez. Nuestra entereza o nerviosismo se transmite al pequeño, y le afecta para bien o para mal, respectivamente.

– Desde chiquitines debes hacerle entender los peligros de ciertas acciones, de la forma más clara y sencilla posible, pero siendo muy firmes y directos. Tendréis que hacerles saber que hay ciertas cosas que no son un juego: alejarles del fuego, del agua  no controlada y de la electricidad.

Para actuar

Revisa si están protegidos los enchufes de tu casa o del lugar de veraneo. No dejes a su alcance nada tóxico, pues en cuanto gatee querrá descubrirlo y probarlo todo: medicamentos, lejías, etc. Nunca debes dejarlo solo, hay que vigilarlos mientras comen o juegan, son muy frecuentes los atragantamientos sin importancia, que pueden agravarse si no se reacciona a tiempo.

Ana Aznar
Asesoras: Lucía Belmar, fisioterapeuta y experta en Primeros Auxilios y Rosalina Pérez, psicóloga y experta en Primeros Auxilios.

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