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Cómo afrontamos en familia la enfermedad de nuestros mayores: 5 claves para trabajar con nuestros hijos

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El aumento de la esperanza de vida nos regala la oportunidad de compartir muchos más años con los abuelos en la familia. Pero aparecen nuevas enfermedades crónicas que se extienden en el tiempo.

Tenemos que afrontar en familia la enfermedad, el dolor y el sufrimiento de nuestros mayores y naturalizar el hecho de que forman parte de la vida.

Y la sociedad no siempre nos dará la razón, así que nos va a tocar remar contra corriente para educar adecuadamente a nuestros hijos.

Esa habitual tendencia a la sobreprotección de los menores hace que se les aparte de toda forma de enfermedad y sufrimiento y se les oculte o se les disfrace la muerte. Pero son aspectos naturales de la vida que deben aprender a gestionar en el seno del hogar.

Por eso es tan importante que, aunque sea con la buena intención de evitar el sufrimiento de nuestros hijos, no les arrebatemos la posibilidad de vivir la enfermedad de sus mayores, el proceso de dolor que implica, el descubrimiento de la dignidad que toda persona tiene, sea cual sea su condición.

Te damos algunas claves para que reflexionéis juntos sobre esta realidad.

1 No tenemos que tener miedo a que vean el sufrimiento.

Sobreprotegerlos no les ayuda. Ese miedo a que les duela ver el dolor de sus mayores les puede generar un miedo mayor: el miedo a estar enfermos o a envejecer.

2 La enfermedad y el dolor forman parte de la vida.

Y nuestra labor en la familia es prepararlos para esa vida, a veces dulce, otras agridulce, para que sepan afrontar todo lo que está por llegar con el mejor criterio.

3 Les estamos enseñando que toda vida es igual de digna.

Porque vivimos en la sociedad del descarte que sólo valora al que es ‘útil para producir’, pero queremos educarlos en el valor del amor y la dignidad.

4 Las familias estamos para lo bueno y lo menos bueno.

Es uno de los grandes aprendizajes que se llevarán de su infancia: la familia es el lugar seguro en el que amamos y somos amados de manera incondicional.

5 La generosidad y la entrega se aprenden con el ejemplo.

El que vean a los padres volcarse con los abuelos o con quien más lo necesita, les enseñará el verdadero valor del amor al prójimo con generosidad y entrega.

Lectura recomendada

El sentido del sufrimiento

Miguel Ángel Monge SánchezJosé Luis León

Reflexiones sobre la vida y la muerte, el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, la ancianidad, a la Luz de Cristo y en el Tercer Milenio.

Dos capellanes de la Clínica Universitaria de Navarra, que suman más de treinta años de experiencia en su visitar y acompañar a diario a miles de enfermos, recuerdan testimonios, anécdotas y conversaciones que les han dejado huella. Son reflexiones sobre la vida y la muerte, el dolor y el sufrimiento, la salud y la enfermedad, la ancianidad y los enfermos terminales, a la luz de Cristo, Señor de la Vida y de la Muerte, de cara al Tercer Milenio. Contra el anti-humanismo de muchas ideologías en boga, y convencidos de que nadie puede ganar al cristianismo en humanidad, se ofrece un análisis sereno de esas cuestiones, con soluciones inspiradas en la doctrina cristiana, convencidos de que Cristo es la perfección de la Humanidad y por consiguiente en su enseñanza encontraremos las verdaderas respuestas.

Estos son algunos de los puntos de este libro:

¿Qué he hecho yo para que Dios me mande esto? ¿Cómo acercar a Dios a un enfermo que se va a morir? ¿Qué razones se pueden aducir para dar sentido al sufrimiento? ¿Conviene decir toda la verdad al enfermo? ¿Hay que entrar de frente? ¿Es mejor esperar a que el enfermo se dé cuenta de su gravedad y pida él los sacramentos? Algunos dicen que los sacramentos se «celebran». ¿También la Unción de enfermos? ¿Es mejor administrar la Unción de enfermos cuando el enfermo haya perdido la conciencia para que no se asuste? ¿Cómo actuar con un enfermo que se niega a afrontar con fe la realidad de la muerte? o ¿Se puede hablar de la muerte con el enfermo? ¿Tiene algún valor la vida casi vegetal de un anciano demenciado? ¿Cuál es el mejor lugar para que un anciano termine sus días? ¿Solo la fe cristiana permite al hombre acercarse al secreto del sufrimiento? La enfermedad es una luz potente que ayuda a descubrir valores que se habían ocultado.

MIGUEL ÁNGEL MONGE SÁNCHEZ (El Tiemblo, Ávila, 1940). Licenciado en Medicina (Granada 1964) y Doctor en Teología (Roma 1967). Recibió la ordenación sacerdotal en 1966. Desde 1982 es Director del Servicio de Capellanía de la Clínica Universitaria de Navarra. Ha sido Profesor de Moral profesional en la Escuela de Enfermeras del hospital San Francisco de Asís y de la Escuela de ATS Pediátrica de la Maternidad de Santa Cristina (Madrid). En Pamplona ha sido capellán y profesor de Teología en la Es-cuela Universitaria de Enfermería y en la Facultad de Farmacia de la Universidad de Navarra. Formó parte del Consejo de Redacción de la Gran Enciclopedia Rialp (GER). Colaboró en Ser Humano (Cruz Roja de Madrid); en el Manual de Bioética (Rialp, Madrid 1991); y en el Tratado de Medicina Paliativa y Tratamiento de Soporte en el enfermo con cáncer (Ed. Panamericana, Madrid 1966). En Ed. Palabra ha publicado: Alexia, alegría y heroísmo en la enfermedad y San Josemaría y los enfermos.

JOSÉ LUIS LEÓN GÓMEZ (Casalarreina, La Rioja, 1949). Fue ordenado sacerdote en 1973 en Logroño. Desarrolló su labor pastoral en la diócesis de Calahorra, La Calzada y Logroño. Licenciado en Derecho Canónigo por la Universidad de Navarra (Pamplona 1984). Desde 1978 es Capellán de la Clínica Universitaria de Navarra. Esta labor la ha compartido con la capellanía y profesorado en diversas diplomaturas en la Escuela Universitaria de Enfermería.

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