Publicado 16/07/2012 12:41

Bárbara, una madre que perdió su vida para permitir que su hija naciera

16 Julio

"Presentía que íbamos a sufrir mucho, que sería muy duro y probablemente muy largo, pero también te garantizaba que, por muy duro que fuese, más tarde yo me iba a encargar de que fueras la persona más feliz del mundo...

...que todo esfuerzo merecería la pena, que disfrutaríamos de nuestra hija y que nos teníamos que preparar para un tiempo indefinido y horrible. ¡Ganaremos, vida mía, ganaremos! Hoy nos queda lo más difícil: buscarle sentido a todo esto que nos ha pasado", escribió su marido, Ignacio Cabezas, en una emotiva carta que se leyó durante el funeral de Bárbara.

Tras 11 años de noviazgo, Bárbara e Ignacio decidieron casarse en 2009. Rápidamente la pareja acordó que estaban listos para tener su primer hijo y al poco tiempo la noticia del embarazo de Bárbara alegró a toda la familia.

En 2010, Bárbara comenzó a quejarse de un dolor en la lengua que le adjudicaba a una llaga. El 15 de julio de 2010 los médicos le dieron la peor noticia: tenía un tumor cancerígeno en la lengua.

Los médicos le explicaron que el tratamiento para combatir el tumor iba a poner en riesgo la vida de su hija, por lo que la joven periodista decidió rechazarlo. Le practicaron una pequeña intervención quirúrgica, pero todos eran conscientes de que era insuficiente para acabar con laenfermedad. En los meses que siguieron hasta el nacimiento de la pequeña, Bárbara padeció dolores insoportables, pero su sufrimiento sirvió para que la pequeña Bárbara (decidieron ponerle el nombre de su madre) naciera en perfecto estado en noviembre de 2010.

Inmediatamente, Bárbara volvió al médico para iniciar el tratamiento contra el cáncer, pero le advirtieron que su cuadro se había agravado y sería difícil que sane. Fue operada, y le extirparon buena parte de la lengua y la mandíbula. Desde entonces, se alimentó por una sonda, pero esos sacrificios le permitieron estar junto a su hija y verla crecer durante los primeros meses de vida.

Bárbara era oriunda de Córdoba y en 2005 se licenció en periodismo. Ese mismo año comenzó a trabajar en la delegación de Medios de Comunicación Social de la Diócesis de Córdoba. Raquel, una de las compañeras de Bárbara, visiblemente conmovida contó el dolor que había provocado el fallecimiento de estajoven, a la que calificó como "una excelente profesional y una gran persona".

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